Lo que hoy es el Hotel Tjampuhan —en Ubud, Regencia de Gianyar, Bali, República de Indonesia—, se construyó bajo las instrucciones del rey Tjokorde Gede Agung Sukawati y se inauguró en 1928 como casa de huéspedes adscrita al palacio Puri Saren Agung Ubud, también conocido como palacio real de Ubud. Pero, ¿qué sentido tenía una casa de huéspedes sin huéspedes? Pues bien, fuera porque la casa se proyectase con ese fin o porque, ya que se había construido, fuera necesario llenarla de huéspedes, el rey Sukawati y su hermano Tjokorde Raka Sukawati decidieron invitar a artistas famosos para alojarlos en ella —famosos al menos en aquellos años del siglo XX. Así fue como Ubud se convirtió, desde aquel momento y con el paso del tiempo, en el centro cultural y artístico que es hoy.
Al fin y al cabo, el rey hablaba con fluidez inglés y holandés —este segundo debido a que Indonesia se encontraba entonces bajo el dominio colonial de los Países Bajos. Walter Spies fue precisamente uno de esos artistas invitados, aunque él jugaría un papel más destacado que otros invitados de los soberanos, entre ellos el actor, dramaturgo y compositor Noel Coward, o el actor y director Charlie Chaplin, o el escritor H.G Wells, o la antropóloga Margaret Mead… «El rey invitó a Walter Spies a construir una casa en sus tierras y, a cambio, le pidió que inspirara a los artistas balineses a utilizar técnicas pictóricas más dinámicas y a ser más experimentales en sus elecciones temáticas», contaba a la revista digital Coconuts Bali, en 2016, Suarsa, director comercial del Hotel Tjampuhan. Hoy, el histórico estudio de dos plantas de Spies, convenientemente restaurado y con muy pocas alteraciones, se encarama sobre un estanque de lotos, junto a los bungalows de construcción más reciente, y a las 66 habitaciones de estilo balinés que completan este hotel.
El Hotel Tjampuhan, segundo más antiguo de Bali después del Hotel Inna Bali Heritage —que abrió al público tan solo un año antes, en 1927— es un magnífico ejemplo de la arquitectura tradicional balinesa. En su búsqueda de armonía con el entorno, la arquitectura del país recurre casi exclusivamente a materiales orgánicos locales. En los tejados, hojas secas de coco o «rumbia» (palma de sagú, o Metroxylon sagu), las cañas de bambú o el bambú tejido en interiores, en techos y paredes, la madera de coco o de teca en jambas, pilares, puertas, mobiliario y otros lugares, y la piedra o el ladrillo en caso necesario. Esos son precisamente los principales materiales de construcción del Hotel Tjampuhan.
Pero los artesanos balineses son especialmente conocidos por su maestría artística y su sofisticada tradición escultórica en la talla de piedra arenisca y andesita para la ornamentación de edificios importantes, como templos y palacios. De hecho, este hotel que hemos seleccionado para vosotros en el mundo cuenta con espléndidos y exquisitos ejemplos de la tradición artesana de la talla de piedra. Y como dicta dicha costumbre, los arcos de sus umbrales en las zonas comunes, ricamente decorados con adornos florales y pináculos en piedra, reservan la posición sobre su clave a la cabeza y las manos, un tanto terroríficas, de Kala, deidad hindú del tiempo.
Párrafo aparte merece el spa del Hotel Tjampuhan. Se trata de una «mítica gruta de piedra» situada en la base del valle, a escasos metros del «esplendor natural de la corriente del río». En este spa, una profusión de motivos tallados en piedra se abalanza —estalla como un fuego artificial de fantasía— desde cada rincón, de los bordes de la doble piscina al techo; entre elementos florales asoman, reptan, se deslizan, observan mil ojos y parecen susurrar las voces de una infinidad de figuras, unas humanas, otras divinas y otras de animales como monos, peces o ranas, entre la abundante vegetación y el agua. Un lugar no solo para encontrar el bienestar, sino para dejar volar la imaginación y perderse en los vericuetos de los más caprichosos ensueños.
Acabemos con apenas unas pocas palabras sobre el entorno del Hotel Tjampuhan. En efecto, se encuentra en una zona delimitada por los ríos Oos y Cerik, a solo unos cientos de metros de su confluencia, más al sur, en la Cresta de Campuhan (Campuhan Ridge), sagrada para la religión hindú. Y es que, el hinduismo tiene muchos símbolos de las energías masculinas y femeninas unidas, y eso representa el lugar donde dos ríos se funden en una sola corriente. En consecuencia, el río no es un lugar destinado al baño y el recreo, sino un lugar para la purificación y la meditación. De hecho, la palabra «campuhan» significa «confluencia de dos ríos». Y de ese mismo término deriva el nombre del Hotel Tjampuhan, que corresponde precisamente a la grafía neerlandesa, más antigua, de la misma palabra.
Para ampliar las vistas sobre este magnífico hotel, no dudéis en acceder a este vídeo:
Fuentes: Hotel Tjampuhan, Wikipedia, Bali Golden Tour, Voice Map, Coconuts Bali.
Imágenes: Hotel Tjampuhan.