Cuando a principios de los años 90, David Stein entró en ella —cuenta él mismo en Vanity Fair—, «la casa estaba en los huesos, con solo unos pocos dormitorios en mal estado y decorados bastante feos». Se refería al palacio del siglo XVII —al menos—, que señorea una finca agrícola en las estribaciones de la sierra de Tramuntana de Mallorca, al modo como lo hacen —y hacían— las típicas «posesiones» de la isla. Antes de continuar con la historia, debéis saber que una posesión (o possessió en catalán) es una gran casa rural que da cabida entre sus muros de piedra a un espacio de vivienda y, al mismo tiempo, a dependencias propias de la explotación agrícola —como cuarto de aperos, almacenes, graneros, etc. Pues bien, esa «casa», palacio o posesión se ha beneficiado de importantes transformaciones, desde que la adquiriera el hotelero Stein, hasta convertirse en lo que es hoy: el Grand Hotel Son Net.
En un principio, Stein reformó el edificio como su propia vivienda, pero tras 9 años, decidió convertirlo en un hotel de lujo. Así, en 1998 abrió sus puertas el Grand Hotel Son Net. A este respecto, Stein explica a Vanity Fair que al realizar dicha reforma intentó «no caer en lo trendy ni en la moda». Por el contrarió, buscó «conservar el alma de la casa, las telas de Mallorca, los muebles, las artesanías, las antigüedades y la comida de una casa de las de aquí». Sin embargo, pocos años después, el hotel pasó a ser copropiedad de Cortesín Hotels además del propio Stein. Un equipo de dicha hotelera se encarga en la actualidad de su operación y su gestión. Fue ese el motivo que llevó a que el Grand Hotel Son Net todavía fuera restaurado una vez más, a lo largo de dos años y medio, hasta que reabrió a los huéspedes en 2023 con una nueva y exquisita apariencia.
En efecto, fue el interiorista especializado en decoración clásica Lorenzo Castillo el responsable de la restauración de las habitaciones y los interiores. A pesar de haber experimentado dos reformas —o quizás gracias al esmero con que se realizaron—, el Grand Hotel Son Net conserva sus vigas rústicas, los suelos y arcos de piedra, los techos de madera tallada, las chimeneas antiguas, el patio interior original del siglo XVII…
No obstante, el interiorismo también tiene su parte en la apariencia clásica de los interiores, tal como relata Castillo a el diario El País: «las telas de las habitaciones se han tejido en Gastón y Daniela ex profeso para cada una de ellas sacadas de antiguos documentos». Y para la decoración y el mobiliario, en incluso las alfombras, se hizo una labor de búsqueda de piezas originales de entre los siglos XVII y XIX. Castillo añade que «en todos estos palacios no se decoraba como se decoran ahora las casas, que tienen un mismo hilo conductor (…), sino que existía el cuarto azul, el cuatro rojo, el cuarto verde, el cuarto turco, el cuarto inglés, el cuarto chino…». Efectivamente, cada una de las 31 suites con que cuenta el Grand Hotel Son Net, se han decorado según inspiración de distintos países, ciudades, culturas o colores.
El Grand Hotel Son Net dispone, además del alojamiento en el palacio, de casas rurales con piscina, un spa y una gran piscina. Y todo rodeado de un jardín «con historia». Según el portal electrónico del hotel, «se ha querido mantener la esencia del jardín existente». Y de nuevo a El País, en referencia al eco de los jardines ingleses y franceses en el paisajismo de Son Net, el interiorista Lorenzo Castillo nos explica: «tengamos en cuenta que la escuela de pintura mallorquina del XVII al XIX está muy influenciada por el realismo y el romanticismo francés, inglés y alemán».
En fin, todo en el Grand Hotel Son Net lo hace un establecimiento fascinante, que transporta a los tiempos en que fue un palacio solariego. No es de extrañar que entre su clientela se cuenten «jefes de estado, iconos del mundo de la música y la literatura, actrices, actores, productores y directores galardonados». Vanity Fair cita varios nombres, entre ellos el de Lauren Bacall o Ted Kennedy.
Fuentes: Vanity Fair, El País, Essential Magazine, Grand Hotel Son Net.
Imágenes: Grand Hotel Son Net.