La madera estructural ha sido un material fundamental en la construcción desde tiempos antiguos. Durante la Edad Media, fue el principal material para casas y edificios en Europa. En el Renacimiento, se combinó con piedra y ladrillo en construcciones más sofisticadas. Posteriormente, la Revolución Industrial permitió la mecanización de la producción de componentes de madera y el desarrollo de la madera laminada, lo que mejoró la precisión y la resistencia del material.

A principios del siglo XX, el acero y el hormigón dominaron las grandes construcciones, y relegaron la madera a la construcción residencial y a edificios pequeños y medianos. Sin embargo, la madera laminada encolada permitió la creación de grandes vigas y columnas. A finales del siglo XX y principios del XXI, la madera contralaminada (CLT por sus siglas en inglés) revolucionó la construcción, con edificios de varios pisos y rascacielos.

En un contexto de creciente preocupación por la sostenibilidad, la madera ha emergido como un material de preferencia debido a su bajo impacto ambiental. Además, los tratamientos modernos han mejorado su resistencia al fuego, a las plagas y a la humedad, y la ha hecho más duradera y segura para diversas aplicaciones.

La madera es competitiva en términos de coste y tiempo de ejecución; sus estructuras son a menudo prefabricadas, lo que permite una construcción más rápida y eficiente en el sitio, y, por tanto, reduce los costes laborales. Asimismo, su atractivo estético contribuye a su revalorización, ya que aporta calidez y belleza natural, muy valoradas en el diseño arquitectónico contemporáneo.

La madera como material de construcción sostenible y versátil, destaca en numerosos proyectos arquitectónicos modernos. Un ejemplo es el corredor anillar de madera diseñado por Sou Fujimoto para la Expo 2025 en Osaka. Esta estructura, con forma anillada, tiene un diámetro de aproximadamente 600 metros y una altura de alrededor de 20 metros, e impresiona con su belleza y grandeza.

En el otro lado del planeta, los países nórdicos son reconocidos por su aplicación de la madera en arquitectura. Un ejemplo destacado es la oficina del parque empresarial del SpareBank 1 SR-Bank, realizada por Helen & Hard Architects en Noruega, con un interior de estilo escandinavo realizado casi completamente en madera. Cuatro escaleras curvas de madera conectan cada nivel. La doble curvatura de las vigas laterales de estas escaleras demuestra las amplias posibilidades estructurales que ofrece la madera.

Por Tianshu Liu, arquitecta sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic