El estudio OXMAN, «un nuevo tipo de empresa que fusiona diseño, tecnología y biología», ha desarrollado un proyecto experimental que responde a su declaración de intenciones: permitir «al diseño potenciar la ciencia y a la ciencia potenciar el diseño». Con ello, a través de este experimento denominado Torre EDEN, el estudio de diseño ilustra su visión de la arquitectura: una confluencia entre las necesidades humanas y las de la naturaleza. Ya no se trata únicamente de alcanzar la emisión neta cero de gases de efecto invernadero y minimizar el daño medioambiental, sino de incidir activamente en favor de la biodiversidad y la resiliencia. Eso hace Torre EDEN.
Un «diseño computacional ascendente»
OXMAN considera a los edificios como parte misma del ecosistema «en lugar de objetos en el espacio». Por tanto, deben integrar en su seno la biota y el paisaje. Esa es la idea que viene a materializar el proyecto de la Torre EDEN, un diseño que el estudio ha producido con herramientas de inteligencia artificial y simulación ambiental. De esa forma, a partir del análisis de datos específicos de la ubicación surgen una amplia variedad de diseños. Ya no es «el típico proceso descendente del diseño arquitectónico y urbano», sino que la suerte de giro copernicano consiste en un «diseño computacional ascendente».
Arquitectura, «optimización generativa» y «simulación medioambiental»
El proceso de creación, que produce diseños como el de la Torre EDEN, combina la «optimización generativa» con una simulación medioambiental que sirve de guía al diseño arquitectónico, con el objetivo último de que su ejercicio beneficie al entorno natural y, por ende, a los humanos. Así, el sistema creado por OXMAN genera estructuras tridimensionales completas a partir del cálculo y análisis de grandes cantidades de datos procedentes de la biología, el comportamiento y los requisitos ecológicos de diversas especies vegetales y animales, así como de las condiciones ambientales y las interacciones ecosistémicas. De esa forma, los edificios «aprenden» de su contexto medioambiental.
Relación simbiótica entre construcción y naturaleza
La Torre EDEN, resultado del proceso que acabamos de describir, es una estructura vertical que acoge praderas, bosques y sistemas naturales, que maximiza de esa manera la superficie ecológica. Con ello, EDEN no solo sirve como espacio humano, sino también como hábitat para diversas especies, en lo que no es sino una relación simbiótica entre construcción y naturaleza.
Nueva narrativa en arquitectura, o «programación ecológica»
La Torre EDEN ejemplifica, como observamos, un cambio en la narrativa arquitectónica: en lugar de excluir a los agentes naturales, propone un diseño que cuente con ellos para su cohabitación con nuestra especie. Esta idea, que denominan «programación ecológica», es un nuevo paradigma que concibe los edificios como actores dentro de un ecosistema más amplio, con un impacto positivo directo no solo en los humanos, sino en todos los seres vivos. De ese modo, la arquitectura programada ecológicamente abraza la biodiversidad y regenera y fortalece el medio ambiente. El proyecto de la Torre EDEN desafía así los límites tradicionales del diseño y la construcción, en una arquitectura que ya no es meramente sostenible, sino que entra de forma indistinguible, activamente, en el vector que se proyecta hacia el futuro ecológico.
Fuente e imágenes: OXMAN.