Hoy en día encontramos ejemplos de integración de actividades deportivas de montaña en el entorno urbano, una forma innovadora de poner al alcance de todos los ciudadanos espacios recreativos y saludables. Esta tendencia se materializa en instalaciones en plena ciudad de atracciones como muros de escalada o pistas de esquí artificiales.

Un ejemplo de esta integración es el Copenhagen Climbing Park, en la capital de Dinamarca, un diseño del estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group. Se trata de un muro de escalada o rocódromo —por cierto, el más alto del mundo—, que recorre la fachada de un edificio destinado a planta combinada de energía (que produce, a partir de residuos, energía eléctrica y térmica al mismo tiempo). Este rocódromo ofrece a los ciudadanos una experiencia que replica los desafíos de la montaña y la esencia del ascenso en roca natural.

Sobre la azotea de este mismo edificio de Copenhague, discurre una ruta de senderismo y una amplia pista de esquí. Este proyecto, conocido como Amager Bakke, desafía las nociones tradicionales de espacio urbano y demuestra que es viable combinar infraestructuras industriales con otras recreativas.

Ambos son un claro ejemplo de arquitectura multifuncional y sostenible. Por lo demás, estas instalaciones reflejan una orientación inclusiva del diseño, ya que democratiza el acceso a actividades deportivas, sin necesidad de desplazarse a zonas montañosas. Al mismo tiempo, contribuye a la calidad de vida urbana, con nuevas opciones para el esparcimiento y el ejercicio físico de los residentes.

Por Juan Guardiola Cutillas, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic