Tras describir en nuestro anterior artículo las fases previas, veamos ahora las fases posteriores del ciclo de vida de un proyecto BIM (siglas en inglés para Modelado de la Información para la Construcción).

-El proyecto de ejecución: esta etapa de desarrollo exige mayor precisión en la documentación y los detalles del proyecto que se entregan al cliente. Y es el director BIM o BIM Manager quien establece en un valor mínimo de 300 el grado de LOD o nivel de desarrollo de los modelos. En este punto, se calculan, dimensionan y simulan las instalaciones, así como el proyecto de estructuras. Al mismo tiempo, se inicia el proceso de mediciones y de elaboración de presupuesto, para lo que se extrae información precisa del modelo. Y la función del Coordinador BIM cobra relevancia; este se encarga de conectar los modelos intervinientes en el proyecto y de verificar las posibles colisiones entre disciplinas. El objetivo es un modelo correctamente coordinado antes de su construcción.

-Fase de construcción: en esta etapa la metodología BIM ofrece todo su potencial, y su aplicación es esencial. Una planificación adecuada prevendrá retrasos en los plazos y generará ahorro en costes. El modelo BIM, vivo todavía y susceptible de cambios, permite la coordinación integral de la documentación entre los diferentes equipos. Así facilita la colaboración efectiva entre todas las empresas, disciplinas y agentes involucrados en la obra. Un modelo as built (o tal como se ha construído) culmina esta fase de construcción, que será fundamental para la siguiente etapa.

-Fase de mantenimiento: disponemos de un modelo virtual preciso del edificio o proyecto completo tal como fue construido. Si se ha registrado toda la información necesaria en el CDE, o Entorno de Datos Comunes del proyecto, tendremos un modelo que facilitará la toma de decisiones en el mundo real. Y la toma de decisiones se orientará a la gestión de sustituciones de equipamientos, a la comprobación de sistemas constructivos en diversas áreas, a la reparación de instalaciones, a la creación de espacios para los operarios, a la generación de manuales de uso y documentación de garantías, entre otros.

Desmontaje o demolición: aunque los edificios suelen tener una larga vida útil, al permitir a los profesionales planificar hasta el final de su ciclo de vida, la metodología BIM apuesta por la sostenibilidad. Esa planificación incluye la posibilidad de realizar sustituciones de elementos constructivos tanto exteriores como interiores o, en el caso de la demolición del edificio, calcular y evaluar la cantidad de residuos que se generará y la opción de reutilizar o reciclar sus materiales.

Aunque algunas de las fases de la metodología BIM están en la actualidad más consolidadas que otras, todas ellas ofrecen notables ventajas de gestión.

Si quieres leer (o releer) la parte I de nuestra relación del ciclo de vida de un proyecto BIM, puedes hacerlo aquí:

Ciclo de vida de un proyecto BIM (I).

Por David González Molina, gestor BIM en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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