Dedicamos unas merecidas líneas a un proyecto de plan urbanístico fascinante, un prototipo de barrio ecológico que «respeta los cuatro pilares de la ciudad ecológica del futuro, a saber: autosuficiencia energética (…); transformación verde de los edificios y desarrollo de la agricultura urbana; movilidad no agresiva centrada en los peatones, las dos ruedas y el transporte colectivo eléctrico; innovación social a través de servicios solidarios y espacios para compartir entre residentes». Quien lo ha ideado, el estudio de arquitectura Vincent Callebaut Architectures, de París, Francia, lo denomina The Greenhouses (literalmente Los Invernaderos; Les Serres en francés).
Arquitectura que transita del interior al exterior
El «sesgo arquitectónico» que confirieron al proyecto sus arquitectos fue el de un diseño que parte del interior hacia el exterior o, tal como lo expresan, «del interior de la unidad familiar al paisaje más amplio». De esa manera, todos los apartamentos se orientan al sur para ofrecer la mejor calidad de vida; al mismo tiempo, la distribución de las viviendas sitúa las zonas de estar en el extremo sur, mientras que las zonas de dormir miran hacia el norte. Además, todos los edificios, escalonados en cascada de acuerdo con ese sesgo, atesoran vistas sobre los Alpes, el lago Lemán o el macizo del Jura.
Diseño que integra huertos urbanos
Los balcones merecen sin duda un párrafo aparte, como prolongación de las salas de estar, y a consecuencia de la derivación del diseño de los interiores al exterior. Y es que, dispuestos al tresbolillo para garantizar las condiciones de sol, esos generosos balcones integran amplias jardineras para el cultivo de especies vegetales, como auténticos huertos domésticos. La vegetación plantada en ellos tiene además un efecto dulcificante de las temperaturas diurnas, que se reducen por evapotranspiración entre 3 y 5 ºC. Por si no bastaba, dicha vegetación filtra la radiación solar. Por último, «cadenas pluviales inspiradas en el Feng Shui coreografían la escorrentía por gravedad del agua de lluvia desde los tejados verdes, a través de los balcones ajardinados, hasta los huertos en el terreno».
Arquitectura reticular divisible
Desde un punto de vista estructural, las unidades se distribuyen según una retícula repetitiva de 5,40 m de lado, divisible a su vez en unidades más pequeñas de 2,70 y 1,35 m, y una altura entre «niveles acabados» de 3,20 m. Esta división estructural «permite imaginar una arquitectura en evolución» o «reversible», ya que una unidad de 2,70 m albergará eficientemente tanto un dormitorio principal como un despacho individual. De esa forma, el uso del edificio se hace suficientemente flexible para pasar de residencial al de oficinas según necesidades y/o deseos.
Diseño ecológico y construcción en madera
La ventilación de los apartamentos (u oficinas) se prevé de forma natural, a través de conductos que atraviesan verticalmente los edificios en toda su altura y reconducen el viento. Y para su refrigeración, se confía en un sistema geotérmico. Así, el aire caliente se lleva por debajo de los cimientos, donde la inercia térmica de la tierra, constante en los 18 ºC, lo enfría. Después se insufla en los apartamentos, lo que representa un ahorro energético del 70% en comparación con los sistemas tradicionales de ventilación mecánica.
Para la construcción de The Greenhouses, Vincent Callebaut Architectures elige la madera laminada cruzada (CLT por sus siglas en inglés). Al fin y al cabo, como es sabido, el proceso de fabricación de la CLT requiere una cantidad de «energía primaria» muy inferior a la del hormigón o el acero, y además no genera gases de efecto invernadero (mientras que producir 1 tonelada de hormigón y de acero genera 2,42 toneladas de CO2 y 0,938 toneladas de CO2 respectivamente). Y, por supuesto, los árboles con los que se produce esa CLT proceden de bosques sostenibles. Por lo demás, la madera tiene la ventaja de ser «un auténtico sumidero de carbono». Y así es, ya que cada tonelada de madera secuestra unas 0,9 toneladas de carbono de la atmósfera.
Azoteas que contribuyen al plan urbanístico
Añadid a lo anterior, y a los huertos urbanos en los balcones, los invernaderos, o las «verdaderas granjas acuapónicas urbanas», que los edificios incorporan en las azoteas. La acuaponía es un modelo simbiótico de cultivo de plantas y peces; los peces alimentan a las plantas con el nitrato que depositan en el agua y, a cambio, las plantas purifican el agua y la devuelven rica en oxígeno a la pecera. Para rematar el conjunto, células fotovoltaicas de silicio integradas en el doble acristalamiento de los invernaderos producen electricidad destinada al autoabastecimiento.
Diseño del entorno para un eco barrio
Probablemente sea consecuencia de la manifiesta y consciente perspectiva de la que se enorgullecen los arquitectos de Vincent Callebaut Architectures, que el plan urbano se haya concebido como un «eco barrio tranquilo –sin coches en la superficie- (…) dedicado únicamente a peatones y ciclistas». Así, las infraestructuras dedicadas al aparcamiento «se sitúan casi exclusivamente bajo la huella de los edificios y no entre éstos».
Como veis, se trata de un tipo modélico de arquitectura. Imaginad que todos viviésemos en lugares como el que prevé este plan urbanístico. Efectivamente, arquitectura modélica… y utópica. ¿O no?
Os animamos a disfrutar de una perspectiva en movimiento a través de este VÍDEO.
Fuentes: Vincent Callebaut. Imágenes: Vincent Callebaut.