El pasado 14 de enero, el primer ministro egipcio Mostafa Madbouly firmó en El Cairo un acuerdo con la alemana Siemens y las egipcias Orascom y Arab Contractors para la construcción de la primera red de trenes de alta velocidad del país. El proyecto consiste en una red de cuatro líneas con un total de 1.750 km, para trenes que viajarán a una velocidad máxima de 250 km/h. Tendrá un coste total de 19.000 millones de euros (23.000 mill. de dólares), destinados tanto a su construcción como a su posterior mantenimiento.
El primer tramo de la red, de 460 km., unirá Ain Sokhna, en el Golfo de Suez, al este, con El Alamein, en la costa mediterránea, al oeste. Su trazado pasará por Nueva Capital Administrativa, El Cairo, Giza, la ciudad de Seis de Octubre y Alejandría. Esta primera línea está previsto que empiece a funcionar en 2023. La segunda línea unirá el puerto principal del Mar Rojo con el de Alejandría, y con el de Gargoub, en la Gobernación de Matrú. La tercera conectará Hurghada y Safaga con Qena y Luxor. El último tramo unirá la ciudad de Seis de Octubre con Luxor y Asuán.
Se trata, sin duda, de una buena noticia para el turismo, aunque las nuevas líneas transportarán mercancías, además de turistas. Su objetivo es conectar los distritos industriales del país con sus principales puertos, acercar los destinos turísticos más importantes a los visitantes con un medio de transporte rápido y seguro y, por último, establecer una mejor comunicación ferroviaria con los países vecinos.
Egipto fue el primer país de África y Oriente Próximo en contar con un sistema de ferrocarriles, ya desde 1850. Sin embargo, el primer tren de alta velocidad del continente se construyó en Marruecos y comenzó a rodar en 2018 entre Tánger y Casablanca. Con él, el viaje entre estas dos ciudades se redujo de cuatro a poco más de dos horas. Las nuevas líneas de alta velocidad egipcias ayudarán al desarrollo del país, y serán responsables de la creación de unos 15.000 puestos de trabajo, 2.000 de ellos permanentes.