Published On: 11.09.2023|Categories: Noticias generales|Tags: |

«Introducimos un espacio rectangular cubierto y acristalado, abrazado por un anfiteatro circular de hormigón»; así describen los diseñadores del estudio de arquitectura con sede en Bangkok, Looklen Architects, el proyecto al que dedicamos este espacio. Se trata de una cafetería situada en la ribera del río Mae Klong, integrada en el plan maestro The Pomelo Amphawa, entre campos de lichis y la abundante vegetación local, en la provincia de Samut Songkhram, al norte del golfo de Tailandia. Es el Café Pomelo, una atracción cuya arquitectura es resultado del juego consciente de sus arquitectos con las figuras geométricas de un círculo y un prisma.

Sin fachada, ni parte delantera o trasera, ya que su forma exterior se resuelve en un círculo perfecto, los visitantes y usuarios disponen de todas las opciones posibles para abordar el edificio desde todas direcciones. Este diseño no hace sino potenciar una funcionalidad que se extiende a todos sus rincones. De hecho, como veremos, el proyecto representa verdaderamente una de esas raras ocasiones en que la funcionalidad determina la forma, y la forma, la funcionalidad; sin concesiones al esteticismo y, sin embargo, con un resultado estético inherente admirable cuando menos.

De acuerdo con lo que acabamos de señalar, en el interior del prisma recto central, por ejemplo, las instalaciones de servicio se encuentran a la vista, sin subterfugios, sin disimulos, con su funcionalidad al desnudo. Por su lado, las paredes del prisma se sustituyen por amplísimas cristaleras que suben del suelo al techo, casi como si no existieran. El cristal transparente representa la forma y la función en una única materialidad; deja pasar la luz, franquea las miradas y aísla del exterior; las ventanas se convierten en paredes y las paredes en ventanas.

Pero vayamos al exterior: el elemento circular que rodea el espacio prismático central, al elevarse sobre el terreno por uno de sus extremos, se convierte en anfiteatro y presenta dos caras igual que una moneda. Visto desde abajo, sobresale la forma y la funcionalidad de un techo. Mientras tanto, arriba se desdobla en una escalera y en unas gradas sin perder su unidad; por una parte, permite a los ociosos escalar al área superior; por otra, que se sienten y disfruten de las vistas sobre el río Mae Klong. Con ello, el techo no es solo un techo, tiene una forma que amplía su funcionalidad, o una funcionalidad que lo empuja a esa forma, según prefiráis verlo. Además, este techo circular está calado; unos espacios o «tragaluces» abren el paso a los árboles. Y en torno a estos, unas redes añaden una nueva función, la de un lecho para tumbarse y relajarse con la mirada perdida en el cielo, o en las ramas de los árboles que proyectan su proverbial sombra.

Según indican los arquitectos de Looklen Architects, El Café Pomelo se inspira en la casa tradicional tailandesa. En efecto, el espacio bajo el anfiteatro se asemeja a las dependencias semi exteriores típicas de los hogares en Tailandia, el tāithun, a medio camino entre la privacidad y el espacio público, donde sus habitantes, protegidos de la luz del sol, realizan diferentes actividades hogareñas.

Fuentes: Looklen Architects, Archdaily.
Imágenes: Looklen Architects.

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