Unos 90 km al sur de Riad, la capital de Arabia Saudita, sobre la superficie polvorienta del desierto que rodea la localidad de Ad Dilam, se eleva una estructura enigmática cuyo uso resulta difícil de identificar a primera vista. Dicha estructura se compone de 14 torres cónicas, construidas con adobe y vigas de madera que sobresalen de ellas, y una serie de orificios que se alinean en formas romboidales en sus distintas caras. Pues bien, bastará preguntar a cualquier lugareño para averiguar que se trata de un gran palomar, actualmente en desuso. Además, comprobaremos que el edificio representa un ejemplo de la arquitectura de las torres que, con diferentes formas y tamaños, se construyeron en todo Oriente Próximo, desde la Edad Media como mínimo, para la cría de palomas.
Efectivamente, el interior de las 14 torres de Ad Dilam, que son huecas, presenta en sus paredes cientos de nichos cilíndricos de tamaño idóneo para que las palomas nidifiquen y críen a sus polluelos en ellos. Por su parte, las vigas de madera atraviesan el espacio de una pared a otra, de manera que, además de asegurar la solidez de las torres, sirven como perchas para que se posen los pájaros. El conjunto de 14 torres cuenta con muy pocas aberturas de entrada y salida para las aves. Gracias a esta característica, así como a su diseño, que favorece la ventilación, las palomas encuentran refugio en su interior frente a las tormentas de arena y las altas temperaturas del desierto. Pero, más allá de ofrecer un lugar seguro para que las palomas medren y vivan con comodidad, ¿cuál fue la función de estos grandes palomares? En todo caso, no eran unos elementos arquitectónicos dedicados al ocio y el entretenimiento de sus propietarios, los agricultores de la región, que no se ocupaban de la cría de palomas como mero pasatiempo.
Según las fuentes, las torres-palomar proporcionaban a los agricultores el fertilizante que tanto necesitaban en unas tierras con escasos nutrientes. Al mismo tiempo, era una fuente de proteínas para la alimentación, ya fuera por los huevos que proporcionaban o por la misma carne de las aves. Un beneficio más de la cría de palomas en masa, tal como se llevaba a cabo en las torres de Ad Dilam, era la recolección de plumas, con las que se producían almohadas y otros artículos domésticos. Por último, las altas torres representaban un símbolo de riqueza y estatus en la sociedad tradicional saudí. Cuantas más torres poseyera una familia, mayor categoría le era concedida. En la actualidad, las pocas torres que se conservan en buen estado, forman parte del patrimonio cultural de Arabia Saudita y ofrecen una idea del modo de vida tradicional del país. Y con el interés de este por el turismo, se han convertido en una interesante atracción turística.
Fuentes: Zamzam.com, Colossal, Sarvar Umrah.
Imágenes: Farooq Photography.