En arquitectura, las decisiones sobre la forma, la estructura y los materiales primarios de un edificio se toman principalmente durante las fases iniciales de diseño y planificación. Sin embargo, estas decisiones tendrán posteriormente un gran efecto sobre las dimensiones de la huella de carbono que dejará su construcción. Y si esas decisiones se toman durante las fases avanzadas o finales de un proyecto, probablemente tengan un alcance limitado en cuanto a la reducción de dicha huella, o su puesta en práctica sea tediosa y/o costosa.
Por tanto, las predicciones respecto de la huella de carbono fundamentadas en los datos obtenidos durante las etapas preliminares del diseño conceptual de un edificio o un proyecto, serán de gran utilidad para el estudio de arquitectura. En lugar de esperar informes o recurrir a simulaciones costosas, hoy en día disponemos de herramientas de programación, dentro del entorno de la metodología BIM (siglas en inglés para Modelado de la Información para la Construcción), con las que realizar un «diseño informado» del edificio. Así, durante la toma inicial de decisiones, será posible adoptar criterios de minimización de la huella de carbono para determinar las alternativas de diseño.
Pues bien, para realizar ese tipo de análisis disponemos en la actualidad de la API (siglas en inglés para Interfaz de Programación de Aplicaciones), fundamentada en inteligencia artificial (IA), C.Scale del estudio de arquitectura EHDD Architecture. Con dicha interfaz evaluamos fácilmente diferentes conceptos de diseño en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero que producirá durante el proceso de construcción.
La ejecución del análisis incorporado en el programa informático respecto de las futuras emisiones de carbono del diseño ofrece resultados casi instantáneos. Y en estos resultados se incluye también, además de la de su construcción, la huella de carbono incorporada en el ciclo de vida del edificio, expresada en tCO2e (o toneladas de CO2 equivalente, dato que se calcula al multiplicar los datos de la actividad por factores de emisión). También obtenemos visualizaciones gráficas, como la de los edificios codificados por colores que desglosan la intensidad del carbono por categoría de los parámetros especificados.
A partir de estos datos, el equipo de arquitectura puede comparar las alternativas de diseño de los edificios y los parámetros elegidos, antes de decidirse por un concepto final. Y siempre con el criterio de que las métricas respecto de la huella de carbono estén más en línea con los objetivos de eficiencia y sostenibilidad del proyecto.
Por David González Molina, gestor BIM en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic