Hubo un tiempo en que los LED eran poco más que pequeñas luces en los relojes de cocina. Hoy, estas mismas tecnologías transforman fachadas en lienzos dinámicos y espacios interiores en mundos inmersivos. El viaje comenzó en los laboratorios de los años 60, donde los primeros diodos emisores de luz apenas alcanzaban para iluminar los números de un despertador. La transformación llegó tres décadas después.

En efecto, en los años 90, los ingenieros lograron domar el espectro cromático completo, dando a luz a los LED blancos y de colores intensos. Este salto tecnológico convirtió lo que antes eran señales estáticas, en las pantallas vivas que hoy coronan las ciudades globales. Gracias a ese avance, lugares como Times Square o Piccadilly Circus se transformaron en teatros urbanos donde las marcas presentan sus espectáculos luminosos las 24 horas del día, visibles incluso bajo el sol.

La segunda gran transformación llegó cuando los paneles LED se hicieron flexibles y adoptaron la capacidad de doblarse. El avance rompió la rigidez geométrica que constreñía a los diseñadores y limitaba sus diseños. De pronto, columnas, cúpulas y superficies orgánicas podían convertirse en pantallas LED. Esta flexibilidad abrió las puertas a la publicidad interactiva, donde los transeúntes ya no son espectadores pasivos, sino participantes que dialogan con estructuras luminosas que responden a su presencia.

Sin embargo, los LED han demostrado su verdadero potencial en la creación de atmósferas. Los parques temáticos lideran esta vanguardia, con paneles LED como pinceles que pintan realidades alternativas. Y el horizonte actual lo marcan tecnologías como la MUXWAVE Holographic Invisible Screen, presentada en la feria 2025 Integrated Systems Europe, Barcelona. Estas pantallas LED semitransparentes desafían la percepción. Se trata de estructuras que difuminan la línea entre lo físico y lo digital, a través de ilusiones ópticas que antes solo existían en la ciencia ficción.

Mientras estas maravillas visuales conquistan nuestro espacio, los LED siguen su evolución silenciosa hacia la sostenibilidad. Los nuevos paneles LED consumen un 60% menos de energía que hace una década, con un espesor que rivaliza con el papel, y capacidades modulares que permiten reparaciones puntuales en lugar de reemplazos completos.

Por Pablo Vidal, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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