Los ingenieros de MIT han creado un material que crece, se fortalece y se auto repara aspirando el dióxido de carbono, a través de un proceso similar a la forma en que las plantas incorporan el dióxido de carbono en sus tejidos de crecimiento. Es un material polímero que en el caso de un desperfecto o superficie agrietada, auto repararía el área afectada solo con la presencia del aire ambiental y luz solar o algún tipo de iluminación interior.

Este es un concepto completamente nuevo en la ciencia de los materiales, que no solo evita el uso de combustibles fósiles para crearlo, sino que además tiene grandes beneficios para el medio ambiente y el clima, ya que consume el dióxido carbono del aire.

El material comienza como un líquido y comienza a crecer y agruparse en una forma sólida. Es un gel sintético hecho de metacrilamida de aminopropilo (APMA) y glucosa oxidasa con cloroplastos, y se vuelve más fuerte a medida que se absorbe el carbono. Los cloroplastos en este caso se extrajeron de hojas de espinaca y se incrustaron en el hidrogel, donde trabajan extrayendo el carbono del aire, convirtiéndolo en una forma sólida y usando eso para “construir” a sí mismo.

El equipo está optimizando el material, para poder producirlo a gran escala, e incorporarlo lo antes posible en los procesos de construcción y edificación.