En el ámbito de la construcción, errores que pasan desapercibidos en etapas tempranas pueden derivar en retrasos, reparaciones e incluso fallos críticos en la ejecución. Sin embargo, la metodología BIM (siglas en inglés para Modelado de Información para la Construcción) nos permite evitar esas vicisitudes gracias a la detección e identificación temprana de conflictos e interferencias. Esta técnica no solo evita que dos elementos ocupen el mismo espacio físico, sino que anticipa problemas que podrían afectar a la construcción, a las instalaciones y hasta el mantenimiento futuro del edificio.

Interferencias físicas: los conflictos más evidentes

Las interferencias físicas se dan cuando dos componentes del modelo colisionan en un mismo punto. Un ejemplo frecuente es una viga que atraviesa un conducto, un error que, detectado en obra, exigiría rediseños, paradas técnicas y reprocesos. Pero identificarlo en fase de diseño y corregirlo con ajustes digitales es posible en BIM, sin impactar plazos ni presupuesto. Un estudio del National Institute of Standards and Technology estadounidense, entre otros, estima que esos conflictos suponían hasta el 10% de los costes adicionales en la construcción tradicional.

Interferencias funcionales: el problema de los milímetros

Menos evidentes, aunque igualmente críticos son las interferencias funcionales. Estas se producen cuando elementos cercanos no llegan a chocar, pero su proximidad compromete su operatividad o su mantenimiento. Un caso típico es una tubería instalada a escasos centímetros de un panel eléctrico. La solución pasa por definir zonas de separación alrededor de equipos sensibles, algo que herramientas como Navisworks o Revit permiten automatizar mediante reglas de proximidad.

Interferencias temporales: cuando la planificación falla

El conflicto 4D introduce una variable aún más crítica: el tiempo. En estos casos, el error no es espacial, sino secuencial. Por ejemplo, programar la instalación de un transformador antes de cerrar la fachada del edificio puede obligar a desmontar estructuras ya ejecutadas. Plataformas como Synchro Pro integran simulaciones de cronograma con el modelo BIM, de forma que alertan de las incongruencias antes de que se materialicen en obra. Según un informe de McGraw Hill Construction, proyectos con gestión 4D reducen hasta en un 20% los retrasos por logística mal planificada.

Por Raúl Soriano, modelador sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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