El sector del ocio, el turismo y el entretenimiento vive una metamorfosis impulsado por las expectativas de los usuarios y los avances tecnológicos. Los visitantes y usuarios de parques temáticos, parques acuáticos, centros de entretenimiento familiar, parques de atracciones, parques de animales, museos, etc., etc., exigen convertirse en protagonistas de la experiencia, con narrativas dinámicas cada vez más inmersivas.
El avance de las tecnologías al servicio del ocio, el turismo y el entretenimiento se cifra en unos sistemas audiovisuales que crean estímulos multisensoriales: luces LED que simulan ambientes específicos, audio 3D que nos envuelve en sonidos, difusores de aromas que liberan olores según necesidades. Estos sistemas no ambientan escenarios, los hacen palpables.
Por otro lado, redes de sensores inteligentes convierten acciones físicas en respuestas del entorno. Las tecnologías RFID (siglas en inglés para Identificación por Radiofrecuencia), mediante ondas de radio, o LiDAR (en inglés, Imagen, Detección y Telemetría por Láser), con rayos láser, identifican y rastrean objetos, personas o animales. De acuerdo con determinadas condiciones preestablecidas, a partir de las acciones de los usuarios, estos sistemas desencadenan efectos mecánicos, como la apertura de una puerta, o digitales, como proyecciones audiovisuales. La magia reside en su invisibilidad: el usuario solo percibe que el mundo reacciona orgánicamente a sus movimientos.
La Inteligencia Artificial adaptativa, por su parte, actúa como directora invisible de la experiencia. Sus algoritmos analizan en tiempo real el ritmo del grupo, ajustan la dificultad y ofrecen pistas contextualizadas. En las escape-rooms más avanzadas, la IA incluso modifica la narrativa según las habilidades detectadas, y evita así frustraciones o soluciones demasiado obvias.
La Realidad Aumentada (RA) y la Realidad Virtual (RV) borran las fronteras entre lo físico y lo digital. Mientras la primera superpone capas informativas en museos interactivos, la segunda transporta a los usuarios a universos completos en los que cada detalle —desde la textura de un muro hasta la gravedad— está calculado para mantener la ilusión.
Por Juan Carlos Soria, ingeniero MEP sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic