La arquitectura biomimética se fundamenta en la imitación de formas y procesos naturales. No solo busca replicar a la naturaleza, sino que también busca la integración de soluciones eficientes, probadas y perfeccionadas en su seno durante millones de años de evolución.

Con estructuras que reducen el consumo de energía y emplean materiales que responden a las condiciones climáticas, la arquitectura biomimética se propone reducir el impacto ambiental y aprovechar mejor los recursos disponibles. Así, se perfila como una contribución a la solución a los desafíos del cambio climático.

Veamos algunos ejemplos destacados de esta tendencia en arquitectura:

Eastgate Centre (Harare, Zimbabwe)

Se trata de un edificio de oficinas y centro comercial, diseñado por Mick Pearce, cuyo sistema de ventilación se inspira en el de los termiteros. Utiliza ventilación pasiva para regular la temperatura interna sin necesidad de sistemas tradicionales de aire acondicionado. Gracias a esto, el edificio consume un 90% menos de energía en el capítulo de climatización, respecto de otros edificios similares.

The Gherkin (Londres, Reino Unido)

Con diseño de Norman Foster, este rascacielos cuenta con un sistema de ventilación natural y utiliza una doble fachada de vidrio para optimizar el uso de la luz solar y reducir el consumo energético. Su forma aerodinámica también minimiza el efecto del viento en la base del edificio. Se inspira en la forma de las esponjas marinas y las anémonas.

The Eden Project (Cornualles, Reino Unido)

Este complejo de biomas, según diseño de Nicholas Grimshaw, alberga una colección de plantas tropicales y mediterráneas. Los biomas son cúpulas geodésicas inspiradas en las estructuras hexagonales de los panales y en las formaciones celulares. Cubren grandes áreas con la menor cantidad de material posible. Las cúpulas están hechas de ETFE (siglas en inglés para etileno tetrafluoroetileno), un material translúcido que permite el paso de la luz y retiene el calor.

One Central Park (Sídney, Australia)

Este edificio de uso mixto, cuyo diseño se debe a Jean Nouvel y Patrick Blanc, es famoso por su jardín vertical en gran parte de la fachada. Este diseño verde mejora la calidad del aire, regula la temperatura interna del edificio y reduce su huella de carbono. La integración de plantas en la estructura es una forma de biomímesis de los ecosistemas naturales.

Lotus Temple (Nueva Delhi, India)

Es un templo bahaí que cuenta con una estructura de pétalos de loto. Su estética impresionante optimiza el flujo de aire y el paso de luz dentro del edificio. Al igual que la flor de loto, el diseño aprovecha la luz natural y la ventilación pasiva.

Beijing National Stadium (Estadio Nacional de Pekín)

Popularmente conocido como «nido de pájaro», el estudio de arquitectura Herzog & de Meuron diseñó este estadio para los Juegos Olímpicos de 2008. Su estructura emula un nido, con vigas de acero entrelazadas que proporcionan una forma resistente y eficiente. El diseño permite la entrada de luz natural y la ventilación, elementos clave para reducir el consumo de energía.

Por Ángel Ibáñez Pérez, ingeniero MEP sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic