El Edificio Santalaia, en Carrera 4, al este de la ciudad de Bogotá, Colombia, exhibe en su fachada uno de los jardines verticales más grandes del mundo. Es una exuberante cubierta verde de 3.100 m2, compuesta por 115.000 plantas, que viste con lustre el bloque residencial y oculta sus «vergüenzas» de ladrillo. Se trata de un proyecto que se realizó con la tecnología de la compañía española Paisajismo Urbano, en colaboración con la empresa local Groncol. Aunque su construcción finalizó en 2016, una sana masa de vegetación que ha prosperado sin problemas desde entonces, embellece todavía hoy el edificio.
Es sin duda un gran éxito del sistema pionero que, tras largos años de investigación, estableció y patentó el biólogo y paisajista español Ignacio Solano Cabello, a la postre fundador de Paisajismo Urbano. Para comprender cómo funciona el sistema, primero hemos de familiarizarnos con el concepto de «ecosistema vertical», que acuñó el propio Solano. El biólogo español concibió un medio o sustrato complejo en el que un conjunto de organismos de especies diversas, no solo vegetales, viven, se reproducen e interactúan como en un biotopo artificial. En eso consisten sus ecosistemas verticales.
Solano desarrolló su propuesta a partir de los trabajos del botánico francés Patrick Blanc y de su concepto de «mur végétal» (muro vegetal o muro verde). Así, el ecosistema vegetal, al añadir cepas de bacterias y hongos y crear relaciones simbióticas interespecíficas con las plantas seleccionadas, mejora la idea de muro verde de Blanc, que ya incluía el control de nutrientes y parámetros vegetales. De esa manera, un simple jardín vertical se convierte en un ecosistema vertical. Con más de 800.000 m2 de jardines verticales instalados en 12 países, Paisajismo Urbano confía en sus ecosistemas verticales hasta el extremo de garantizar por escrito a promotores y clientes su «perdurabilidad». Veamos pues ahora, desde un punto de vista técnico y material, en qué consiste el sistema de jardinería vertical de Paisajismo Urbano.
Lo primero que hemos de señalar es que se trata de un método de «ajardinamiento vertical hidropónico» o, en otras palabras, del cultivo de plantas mediante disoluciones minerales y con un soporte distinto al suelo agrícola. En el caso del ecosistema vertical, el soporte lo ofrece un anclaje dispuesto en cuatro capas: una primera formada por un «rastrelado metálico», de «rastrel», en este caso, listones de perfilería de aluminio que se sujetan a la fachada del edificio; a dichos perfiles se sujeta a su vez la segunda capa, compuesta por placas rígidas de policloruro de vinilo expandido, con juntas selladas para garantizar la impermeabilidad; mediante grapas de acero inoxidable se fija a la anterior la que será la tercera capa, el «medio de cultivo», es decir, láminas de fieltro bicapa con un 90% de fibras sintéticas y 10% de fibras biodegradables; la cuarta y última capa la forman precisamente las plantas, seleccionadas estas según las condiciones de luz, clima y humedad del lugar que vayan a ocupar, y alojadas en «bolsillos de plantación».
Solo queda por añadir a lo anterior el sistema de riego por goteo. Consiste en una línea de conductos de polietileno y goteros, situados en la parte superior del ecosistema vertical, que confía en la gravedad y la capilaridad para la difusión del agua. Este sistema de riego incluye, por último, un dispositivo de control «automatizado y telemático», con dosificadores de nutrientes y bombas de recirculación y reaprovechamiento del agua, que cuenta además con una aplicación específica para teléfonos inteligentes.
Para finalizar, y por no extendernos demasiado, solo os dejaremos una lista de los beneficios que conlleva el hecho de convertir las paredes de las ciudades en jardines verticales: fomento de la biodiversidad, mejora de la calidad del aire, filtración de metales pesados y otros contaminantes, captura de CO2, aislamiento térmico y acústico, bienestar y conexión con la naturaleza, naturalización del entorno urbano…
Fuentes: Paisajismo Urbano, Archdaily, Wikipedia. Imágenes: Paisajismo Urbano.