A lo largo de unos 2000 km de la costa atlántica de Namibia, en África Meridional, se extiende una de las maravillas del mundo: el desierto del Namib. El término namib significa en lengua nama, según distintas fuentes, «lugar enorme» o «área donde no hay nada»; también conocido como mar de arena del Namib, se considera el desierto más antiguo del mundo, ya que ha afrontado las condiciones de aridez o semiaridez durante millones de años (con la única disputa de este título por parte del desierto de Atacama); en concreto, los geólogos aseguran que nació durante la última parte de la era mesozoica y existió durante prácticamente todo lo que llevamos del Cenozoico, hace entre 55 y 80 millones de años. La UNESCO lo incluyó en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad en 2013. Este precisamente es el marco inigualable en el que se encuentra el resort que hemos seleccionado de entre los hoteles del mundo para protagonizar este espacio: el Sossusvlei Desert Lodge, perteneciente a la cadena &Beyond.
«10 suites de piedra y cristal bellamente decoradas, repartidas a lo largo de la línea de la escarpadura, se abren a unas vistas siempre cambiantes»; así describe el portal del resort lo principal de su oferta de hospitalidad al mundo, en la que «la sostenibilidad y el lujo sin concesiones van de la mano». Además, todas las suites disponen de aire acondicionado, «un porche aislado y sombreado», piscina, chimenea y una claraboya retráctil sobre la cama para contemplar las estrellas desde ella.
De hecho, DarkSky International, asociación internacional cuya misión es «restaurar el entorno nocturno y proteger a las comunidades y a la fauna de la contaminación lumínica», designó a la Reserva Natural NamibRand (reserva privada destinada a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad), lindante con el resort Sossusvlei Desert Lodge, «Reserva Internacional de Cielo Oscuro», a la sazón segundo lugar del planeta y primero en África que ha sido designado como tal en la categoría «oro» con motivo de sus «cielos excepcionalmente oscuros».
En lo relativo a la arquitectura del Sossusvlei Desert Lodge, y desde un punto de vista general, hemos de señalar la sobriedad del conjunto y la sencillez de su diseño. Así, si bien funcionalidad y eficiencia protagonizan las líneas de fuga de los edificios en un discurso arquitectónico que huye de la grandilocuencia decorativa, solo en la «zona de huéspedes», donde se encuentra el bar, el restaurante y otras instalaciones comunes, se permite un ligero vuelo, en «una inspirada obra maestra de vidrio, roca y acero». Este espacio, el único con dos alturas, se protege de los penetrantes rayos solares con una serie de «velas» de acero preoxidado perforado, «colocadas para seguir el curso del Sol», de forma que «crean espacios frescos e íntimos de luz y sombra difuminadas».
Por último, respecto a la sostenibilidad que proclama orgullosamente Sossusvlei Desert Lodge, por una parte hemos de hablar de su construcción. Efectivamente, el uso de materiales locales naturales como la piedra y la arena ya supone un factor de reducción de su huella de carbono. Además, sirve para fundir los edificios, como si se tratara de criaturas miméticas de la sabana, con el entorno de dunas y llanuras de grava del Namib. Por otro lado, el resort aprovecha el «clima de extremos» para producir mediante paneles solares la energía que necesita. Así, el aire acondicionado, el agua caliente, los sistemas de tratamiento y reciclado de agua y hasta los depósitos de recogida de agua de lluvia, se operan con energía solar.
Podéis disfrutar de vistas en movimiento del Sossusvlei Desert Lodge en este VÍDEO.
Fuentes: Sossusvlei Desert Resort, Wikipedia, NamibRand, DarkSky. Imágenes: Sossusvlei Desert Lodge.