El hidrógeno es un combustible con muchas ventajas respecto de otras fuentes de energía más convencionales o tradicionales: es abundante, su poder calorífico es aproximadamente tres veces mayor que el de la gasolina, tiene una combustión limpia, sin emisiones de CO2, y genera agua como único residuo. Además, es una fuente de energía suficientemente versátil para su uso en transporte y calefacción, entre otros servicios.
A pesar de esas ventajas, algunos desafíos significativos limitan el uso generalizado del hidrógeno como fuente de energía limpia y renovable:
- La producción mediante electrólisis a partir de fuentes de energía limpias es costosa, y los otros métodos de producción aún no son completamente libres de emisiones.
- Las infraestructuras para el almacenamiento y el transporte de hidrógeno sufren limitaciones que requieren desarrollos adicionales.
- Su alta inflamabilidad exige nuevas tecnologías e instalaciones seguras para su gestión.
- El coste tanto del combustible como de las instalaciones asociadas es todavía elevado en comparación con otros combustibles convencionales.
A pesar de todo, es muy probable que en una década el hidrógeno comience a integrarse gradualmente como combustible en sectores como el del ocio y el turismo. Y en aplicaciones como la producción de agua caliente sanitaria, el calentamiento de piscinas en hoteles, resorts, parques acuáticos y campings, etc.
Por Juan Carlos Soria, ingeniero MEP sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic