En un proyecto con estatus de conceptual, el arquitecto alemán afincado en Bali, Alexis Dornier, ha ideado un interesante sistema de casas modulares prefabricadas sobre pilotes. Según el texto que acompaña el proyecto, estos «estudios» son una respuesta innovadora a «la situación actual de Bali, donde los edificios a menudo se construyen y son demolidos poco después porque los terrenos se alquilan frecuentemente por breves periodos de tiempo».
La respuesta de Dornier toma así la forma de casas prefabricadas modulares, fácilmente desmontables y trasladables de un punto geográfico a otro, un sistema de máxima flexibilidad en un mercado inmobiliario en rápida evolución. Con 17.000 islas, la idea es sin duda apropiada para el archipiélago de Indonesia. Más allá del diseño y de su evidente atractivo, el hecho de que los edificios se hayan concebido como un medio para el desarrollo turístico sostenible añade un punto de interés al proyecto.
Efectivamente, en cuanto a su sostenibilidad, al fundarse sobre pilotes, las casas ejercen un mínimo impacto sobre el terreno. Por otra parte, permiten a las familias aprovechar la tierra para el cultivo o como zona verde de esparcimiento. Al mismo tiempo, en los tejados y amplios voladizos pueden integrarse paneles solares para el suministro de energía, además de servir como superficies de captación de agua de lluvia para su posterior reutilización. A todo lo anterior se añade la facilidad de ventilación natural por su elevación sobre el terreno, así como por los amplios ventanales y las grandes puertas.
El proyecto asume, por otra parte, la necesidad de mantener bajos costes, circunstancia a la que contribuye su concepción como edificios modulares prefabricados. Fundados sobre pilotes de acero, su modularidad permite diversas configuraciones, con uno o dos pisos, según las necesidades y las posibilidades de cada familia. Además, facilita la iteración para destinarlos a la industria turística de alquiler de apartamentos o para el desarrollo de resorts temporales con una mínima huella de carbono. Asimismo, pueden construirse en terrenos difíciles y áreas remotas, sin necesidad de grandes recursos, grandes movimientos de tierras, grandes cantidades de energía… Así, se convertirían en factores de desarrollo sostenible y de dinamización de la economía local.
Sin duda, se trata de un proyecto de gran valor arquitectónico por la belleza de sus unidades, por su sostenibilidad y por las numerosas oportunidades que ofrece al sector turístico e inmobiliario, no solo en Bali, sino en el resto del mundo.