Published On: 24.09.2021|Categories: Noticias generales|Tags: |

La arquitecta milanesa Beatrice Bonzanigo es la artífice de una propuesta novedosa orientada al sector de la hospitalidad, para que hoteles y resorts ofrezcan a sus huéspedes una nueva forma de estancia en sus instalaciones. Es la Casa Ojalá, cuya patente le fue garantizada a Bonzanigo a principios de 2020. El objetivo que justifica el diseño y la configuración de esta «casa» es el de crear un refugio que pueda acoger por unos días a sus inquilinos «sin alterar la inmersión física y existencial en el paisaje», y sin renunciar por ello al confort y al lujo. Y los medios con que alcanza su objetivo consisten en una minuciosa selección de materiales, la flexibilización de la funcionalidad de los espacios, y un diseño que cuida los más pequeños detalles.

Efectivamente, Casa Ojalá recuerda a los ingenios de Leonardo da Vinci, tanto por su aspecto general como por «una ingeniería que parece de ficción, tan avanzada que se convierte en poesía de la flexibilidad». Así, los mecanismos de operación manual integrados en ella permiten hacer un uso flexible de sus 27 m2. Los mecanismos, sencillos de usar y prácticos, los componen cuerdas y poleas, asas de cuero natural, manivelas, ruedas y guías, mediante los que se accionan paredes correderas interiores y exteriores, muebles abatibles y camas retráctiles ocultas bajo el suelo de caoba. Su acción permite transformar los espacios en privados o diáfanos según los deseos de los huéspedes. Las combinaciones de distribución son múltiples, desde un único espacio completamente abierto al entorno, hasta un máximo de dos dormitorios, un baño, una cocina americana y una sala de estar, además de la terraza circular superior, que la corona.

Por lo demás, Casa Ojalá ha sido concebida para la eco-responsabilidad, la sostenibilidad y la autosuficiencia. A ello contribuyen por una parte, las maderas de gran calidad que visten la estructura cilíndrica, los textiles a partir de plástico reciclado y la cerámica artesanal italiana. Por otra parte, cuenta con un sistema de recuperación de agua de lluvia y una planta de depuración biológica avanzada de aguas residuales, y prevé la instalación opcional, en una sección de la terraza superior, de paneles fotovoltaicos. El pequeño hogar alimentado con bio-etanol, es un detalle más de la conciencia medioambiental del proyecto. Con todo, tanto la autosuficiencia como el diseño, confieren a la Casa Ojalá la posibilidad de transporte e instalación en las más variadas y remotas localizaciones de la naturaleza.

Bonzanigo afirma en el dossier de prensa de presentación que el lujo que materializa la Casa Ojalá es «una forma de felicidad para los huéspedes de los mejores hoteles del mundo. Una especie de renacimiento de la artesanía como raíz de la evolución. Más allá de automatismos en los viajes y en la vida de nuestro tiempo, sustentada en la virtualidad y la hipertecnología».

Fuentes: Casa Ojalá, Designboom. Imágenes: Casa Ojalá.

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