Published On: 13.07.2021|Categories: Noticias generales|Tags: |

El arquitecto japonés Koichi Takada propone un giro en los fundamentos de la arquitectura moderna: en vez de seguir el principio según el cual «la forma sigue a la función», que atribuye al movimiento Bauhaus y que dio forma «a la transición social y económica hacia una sociedad industrial y el siglo XX», es hora de seguir el de que «la forma sigue a la naturaleza». Así, ya que nos enfrentamos a nuevos retos globales como el cambio climático, el crecimiento demográfico exponencial, y ya que la construcción es responsable de al menos el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, es el momento de «repensar la Nueva Bauhaus Europea», y de diseñar una arquitectura en armonía con la naturaleza. Su respuesta a este desafío, que le encargó Bloomberg, es la Casa Girasol que ha diseñado para la región de Umbría, Italia.

Casa Girasol es una vivienda unifamiliar, carbono-positiva, inspirada en la ancestral sabiduría de la naturaleza que se concentra en los girasoles. Una de sus principales características es la capacidad de rotar de su tejado, gracias a sensores lumínicos, para seguir al Sol en su periplo cenital y maximizar así la capacidad productiva de los paneles solares con que cuenta, a modo de pétalos. Este sistema de la Casa Girasol producirá hasta un 40% más de energía que los que se componen de paneles solares fijos convencionales. Al mismo tiempo, el tejado inclinado recoge y canaliza el agua de lluvia hasta un aljibe en la base del edificio. De igual forma que los girasoles se sostienen sobre un fino tallo, los fundamentos de la Casa Girasol se han reducido todo lo posible con el fin de minimizar su impacto en el terreno y la biodiversidad del entorno.

La vivienda, concebida de forma modular, puede construirse con una o dos plantas, cada una de las cuales alberga a su vez un apartamento de dos a tres habitaciones. La comodidad y aclimatación de sus interiores se asegura con un sistema de voladizos que proyecta sombra sobre las estancias, así como con un dispositivo rotatorio adicional que permite cerrarlas con paneles acristalados. Por último, el diseño, que separa cada planta de la anterior, favorece corrientes de aire entre ellas para refrescarlas. La Casa Girasol es sin duda una buena muestra de la biomimética en arquitectura, o un ejemplo práctico de lo que representa, como dice Takada, que «la forma sigue a la naturaleza».

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