La rehabilitación de inmuebles, una tendencia creciente debido a la escasez de viviendas en las ciudades, representa además una estrategia fundamental para la sostenibilidad en arquitectura y construcción. Por un lado, es un medio de optimizar el suelo edificado, por otro, conviene a la conservación del patrimonio inmobiliario. En algunas ocasiones, la rehabilitación supone una intervención tan extensiva que exige la estabilización estructural de las fachadas.

Es el caso, por ejemplo, de la conservación y rehabilitación de edificios históricos antiguos. Al fin y al cabo, la fachada de un edificio es su parte más emblemática, su cara, la que está a la vista y constituye un testimonio de la historia. Su estabilización es pues necesaria para garantizar su preservación, para conservar esa ventana al pasado. Se trata de edificios singulares como iglesias, monasterios o grandes edificios industriales en desuso. A menudo, los muros son todo lo que queda en pie.

Las soluciones en arquitectura y construcción para estas situaciones se sirven de la ingeniería estructural. Entre ellas, estas son las más comunes:

-Disposición de vigas de gran tamaño: generalmente de acero, estas vigas permiten conectar diferentes áreas del edificio. Con ellas se sustituyen los antiguos forjados, sobre los que se caminaba cuando la estructura estaba en uso.

Estructuras tridimensionales externas: estas se anclan en las fachadas y, gracias a un contrapeso suficiente, evitan su derrumbe y las mantienen en equilibrio. Mientras tanto, se llevan a cabo las intervenciones en el interior del edificio, según la rehabilitación planificada.

Por Jorge Laguna, jefe de la sección de estructuras del Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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