Muchas plataformas petrolíferas enfrentan ahora su jubilación, aunque algunas son transformadas en experiencias turísticas que combinan aventura, sostenibilidad y memoria industrial. Este fenómeno evita el coste ambiental del reciclaje convencional y crea una nueva categoría de turismo.
De infraestructura energética a experiencia inmersiva
Arabia Saudí escribe el capítulo más ambicioso de esta tendencia con THE RIG, un megaproyecto que transformará una plataforma en un resort de 150.000 m². Inspirado en la estética industrial del petróleo, el complejo incluirá hoteles, una montaña rusa que se lanza al vacío sobre el mar, y un restaurante submarino. El proyecto forma parte de la estrategia saudí para diversificar la economía y atraer turismo conocida como Vision 2030. De hecho, cuando abra sus primeras fases en 2026, prevé recibir alrededor de 900.000 visitantes anuales.
A escala más íntima, el Seaventures Dive Rig de Malasia ha demostrado durante casi 30 años la viabilidad del concepto. Esta antigua plataforma de perforación, anclada frente a los arrecifes de Sipadan, funciona como hotel para buceadores. Su particularidad es un ascensor que sumerge a los huéspedes directamente en las aguas coralinas, lo que elimina la necesidad de embarcaciones para la inmersión.
Experimentos temporales que marcan tendencia
En 2022, el Reino Unido demostró que incluso las intervenciones efímeras pueden dejar huella. SEE MONSTER fue una instalación artística creada a partir de una plataforma de gas del mar del Norte. Se vio transformada en jardines verticales, cascadas artificiales y miradores. Durante sus 8 semanas de existencia en Weston-super-Mare, atrajo a 1/2 millón de visitantes, en una muestra del potencial de estas estructuras como atracciones de turismo cultural.
Ya en 2009, el estudio de arquitectura Morris Architects propuso convertir plataformas elevadoras en spas de lujo, una idea que desde entonces ha inspirado concursos de arquitectura. Estos ejercicios conceptuales han servido como laboratorio para resolver los retos técnicos de habitar estructuras diseñadas para resistir tormentas, no para recibir huéspedes. Entre dichos retos, el refuerzo de estructuras fatigadas, la logística en el mar abierto o el limbo regulatorio.
Por Juan Guardiola Cutillas, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic