Los llamados biomateriales, producidos a partir de fuentes naturales renovables, ganan terreno en construcción y arquitectura. Entre los más comunes, utilizados desde antiguo, se encuentran la madera, el bambú, el corcho, la paja y el adobe. Sin embargo, hoy en día, surgen constantemente innovaciones, como los bioplásticos o los compuestos a partir de desechos orgánicos de hongos, algas y otros.

En el ámbito de la construcción de parques acuáticos u otras atracciones de ocio y turismo, los biomateriales ofrecen una serie de propiedades y ventajas que los hacen particularmente interesantes. Veamos cuáles son esas ventajas y propiedades:

Sostenibilidad y bajo impacto ambiental de los biomateriales

El uso de biomateriales reduce la dependencia de materiales convencionales como el hormigón y los polímeros sintéticos. De esa manera, contribuyen a disminuir el impacto ambiental de la construcción y a conservar los recursos no renovables. Además, la producción de biomateriales genera menores emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Por último, muchos de ellos son biodegradables, lo que minimiza la contaminación ambiental a largo plazo y facilita su reciclado.

Resistencia de los biomateriales

Algunos biomateriales, como las maderas tropicales tratadas o el corcho, presentan una alta resistencia a la humedad. Esto los hace ideales para su uso en entornos acuáticos, donde la exposición al agua y la humedad es constante.

Capacidad de aislamiento de los biomateriales

A menudo, biomateriales como el corcho u otros derivados naturales, tienen excelentes propiedades de aislamiento térmico. Este hecho contribuye a la eficiencia energética de las instalaciones y reduce el consumo energético en sistemas de climatización.

Durabilidad de los biomateriales

Con tratamientos adecuados y un mantenimiento periódico, muchos biomateriales ofrecen una larga vida útil. Con ello, favorecen la economía circular y extienden la longevidad de las instalaciones.

Como vemos, los biomateriales no solo contribuyen a reducir significativamente la huella de carbono, sino que también mejoran la relación de las instalaciones con el entorno natural. Dicho de otra forma, minimizan el impacto ambiental del sector de la construcción, incrementan la eficiencia operativa y promueven el uso de recursos renovables. Así se alinean con las políticas de reducción del cambio climático y con las prácticas sostenibles en ocio y turismo.

Por Ángel Ibáñez Pérez, ingeniero MEP sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic