Leed lo que comparte con nosotros —y vosotros— este ingeniero especializado en atracciones de ocio. Disfrutad de su trayectoria en diseño e innovación de montañas rusas, y otras atracciones, para proyectos internacionales de parques temáticos; o de su tesis pionera sobre recorridos variables —muy interesante—, y su rol en RES RIDES. Aprended sobre la importancia de la ingeniería multidisciplinar y la seguridad. Prestad atención a lo que nos dice —os dice— como divulgador STEM (siglas en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Saboread su pasión por este —apasionante— campo, que acerca a las nuevas generaciones, y descubrid las tendencias y desafíos de una industria en constante evolución que desvela. Nosotros ya lo hemos hecho…
Amusement Logic: Recibiste reconocimiento por tu tesis sobre montañas rusas con recorridos variables. ¿Cómo surgió esa idea innovadora? ¿Se materializará algún día?
Óscar Elgarrista: Durante la carrera de Ingeniería Industrial había muy pocas posibilidades de trabajar directamente con atracciones, así que quise aprovechar el proyecto final de carrera como una gran oportunidad para hacerlo. Propuse una montaña rusa que permitía modificar el recorrido en cada ciclo mediante un sistema de vías móviles (switch tracks) que cambiaba el recorrido y la dirección. Además, incorporaba nuevas tecnologías como una aplicación desde la cual los visitantes decidían qué recorrido haría el siguiente tren. Fue una propuesta muy completa, no tanto por su viabilidad inmediata, sino por el enfoque multidisciplinar que abarcaba temas mecánicos, eléctricos, interacción, experiencia de usuario… Hoy en día, ya existen atracciones parecidas que aplican principios similares (montañas rusas y flumes), lo que demuestra que aquella intuición tenía sentido.
A.L.: Has trabajado en proyectos de nuevas atracciones para parques como Linnanmäki (Finlandia), Sea World Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), Gröna Lund (Suecia), Mirabilandia (Italia), Conny-Land (Suiza)…. ¿Cuál de estos proyectos fue más desafiante y por qué?
O.E.: Cada proyecto tiene sus particularidades, según el rol que desempeñes. En mi caso, he tenido la gran suerte de trabajar en proyectos relevantes, tanto para fabricantes como para operadores, de la mano de Parques Reunidos, Intamin y actualmente, RES RIDES. En cada caso, curiosamente, los retos son distintos. Por ejemplo, como operador, te enfrentas a un alcance muy amplio: permisos, obra civil, gestión de colas y operativas, gestión de residuos… En cambio, en el rol de fabricante, el foco está más acotado; quizás el alcance es menor, pero mucho más especializado y complejo. En todos ellos, el denominador común, y probablemente el mayor de los retos, es la gestión del factor humano: personas, comunicación, toma de decisiones… La clave para que el resultado sea bueno, tanto técnica como humanamente, está en saber coordinar y empatizar.

A.L.: Trabajas como Project Engineer en RES RIDES, compañía que ha creado, por ejemplo, la atracción Roller Ball M de Conny-Land. ¿Qué tendencias tecnológicas se integran en vuestros diseños para diferenciaros de los competidores?
O.E.: Hoy en día es habitual encontrar los mismos modelos de atracciones repetidos en casi todos los parques. En RES RIDES siempre hemos querido alejarnos de ese patrón y apostamos por modelos distintos, tanto en las sensaciones físicas como en el diseño estético, narrativo y funcional. Apostamos por conceptos únicos que sorprenden a primera vista, incluso antes de subir. Lo que nos diferencia es que no partimos de un catálogo cerrado: muchos de nuestros proyectos nacen de una idea del parque que aún no existe en el mercado… y nosotros la hacemos realidad.
Por ejemplo, para el Dungeon de Shanghai, el operador Merlin Entertainment nos pidió una caída libre, pero no había espacio suficiente para un modelo «convencional», así que desarrollamos una caída libre con los pasajeros de pie y sin arnés, única en el mundo, que se integra en la historia y cumple los requerimientos técnicos del espacio. Este tipo de proyectos a medida, que son muy desconocidos, solo son posibles con un equipo técnico muy especializado, con un nivel de ingeniería altísimo, capaz de resolver retos que no siempre tienen manual. Eso nos permite ofrecer propuestas diferentes, que aportan valor tanto al operador como al visitante.
A.L.: Con tu experiencia previa en Parques Reunidos como director de seguridad, ¿qué medidas consideras críticas para garantizar la seguridad de los visitantes, sin sacrificar la emoción?
O.E.: Las atracciones, por normativa, ya están diseñadas para ser seguras. Las normativas son claras y exigentes, y tanto fabricantes como operadores sabemos bien cuál es nuestro papel en ese aspecto. Me atrevería a decir que es la parte que suele preocuparme menos de todo el sistema. El verdadero reto está en el factor humano. Hay que pensar en un rango muy amplio de visitantes (de distintas edades, capacidades, culturas….) y preparar para ello tanto las instalaciones como los procedimientos. No olvidemos que la seguridad de los empleados del parque (operadores, mantenimiento, etc…), la supervisión y el respeto por el entorno de trabajo son claves. Es fundamental una buena política de prevención de riesgos laborales, formación continua y un enfoque humano, de forma que los empleados estén cuidados y preparados. Solo así se puede garantizar la seguridad sin perder la esencia emocionante de este tipo de instalaciones.
A.L.: ¿Algún caso concreto durante tu trabajo en el que tu formación en psicología laboral o ergonomía evitó un riesgo?
O.E.: Mi etapa en los parques la recuerdo muy satisfactoria porque pude aprender in situ la operativa de diferentes áreas, como en atracciones, restaurantes, cocinas, tiendas, etc… Esta presencia directa me permitió ver de cerca cómo se trabaja realmente en el día a día, más allá de los manuales o procedimientos teóricos. En muchos casos, las dinámicas arraigadas bajo el clásico «esto siempre se ha hecho así» suponen un reto importante, si quieres introducir cambios que mejoren la seguridad y la eficiencia. Gracias a la formación en ergonomía y psicosociología, que es una de las tres especialidades del máster habilitante en Prevención de Riesgos Laborales, se pudieron analizar los procesos con una mirada más amplia, respaldar decisiones con argumentos sólidos y rigurosos y proponer ajustes que facilitaron el trabajo de los equipos. Más que grandes cambios, se trató de pequeñas mejoras que facilitaron el trabajo y redujeron el riesgo de lesiones y fatiga, y mejoraron también la coordinación entre departamentos. Nuevamente, el factor humano es muy importante.

A.L.: En tu faceta como comunicador STEM, ¿cómo acercas la ingeniería de ocio al público general, especialmente a jóvenes interesados en este campo?
O.E.: Mi vocación técnica nació en la infancia, gracias a las numerosas visitas a PortAventura con mis padres y abuelos. Recuerdo en especial la magia de los espectáculos y hasta un tour de obras al que asistimos en 1994, antes de la apertura del parque. Ver la magnitud de aquel proyecto me marcó profundamente. Desde entonces, planifiqué todos mis estudios y esfuerzos para conseguir el objetivo de trabajar en este sector.
Hoy, como ingeniero del ocio, intento compartir esa pasión tanto con profesionales del sector como con futuras generaciones. Por la parte más profesional, he tenido el honor de impulsar el Grupo de Trabajo de Ingeniería del Ocio en el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, un espacio pionero en España dirigido a profesionales técnicos que trabajan directa o indirectamente (o quieran trabajar) en el ámbito de las instalaciones de ocio. Organizamos cursos, jornadas especializadas, visitas técnicas, artículos en la revista digital Fulls d’Enginyeria, etc…
En paralelo, a través de la plataforma adrenalina.cat, divulgamos contenidos STEM en un tono más cercano y educativo, orientado especialmente a jóvenes curiosos por la parte técnica de las atracciones y espectáculos. Uno de los proyectos más especiales ha sido la docu-serie PortAventura Casting 95, que recoge testimonios de los artistas y responsables técnicos de los orígenes del parque. He tenido la oportunidad de entrevistar 30 años después a artistas que actuaban en los escenarios del parque cuando yo los veía de niño desde la platea, algunos de ellos muy conocidos televisivamente en la actualidad; o a responsables técnicos que formaron parte de la creación del parque y han sido figuras muy relevantes en la industria de los parques temáticos, como los creativos Craig Hanna y Cliff Warner (Universal Studios), el ingeniero industrial Vicenç Veses, los arquitectos Emili Tramullas y John Kemper (PGAV) y muchos más.
Ha sido mi forma de dar la gracias a todos ellos por lo mucho que me inspiraron de pequeño, y de acercar la ingeniería del ocio a todo el mundo a través de la emoción que yo mismo sentí.
A.L.: ¿Qué diferencias ves entre el mercado europeo y otros como el de Oriente Medio o Asia en cuanto a expectativas de los visitantes?
O.E.: La principal diferencia es la magnitud de los proyectos. En Oriente Medio, se desarrollan actualmente iniciativas a una escala difícil de imaginar en Europa, donde el mercado está más consolidado y, aunque muy regulado, es más fácil de manejar. En nuestro caso, como fabricantes, trabajamos siempre con la vista puesta en el futuro, no solo para diseñar atracciones que respondan a las expectativas actuales, sino que buscamos que sigan siendo referentes durante muchos años. Es por eso que deben tener ese punto diferencial y una ingeniería muy adaptada a las características de cada ubicación.
En el caso del mercado asiático, uno de los grandes retos no es tanto el de la ejecución técnica como los del complejo marco regulador y los largos procesos previos, marcados por estrictas inspecciones y trámites gubernamentales que pueden complicar y prolongar la ejecución de los proyectos.
A.L.: Has trabajado en Liechtenstein, España, Emiratos Árabes Unidos… ¿Cómo gestionas las diferencias culturales y regulatorias en proyectos internacionales?
O.E.: Trabajar en entornos multiculturales es habitual en esta profesión, especialmente en Oriente Medio, donde los equipos son internacionales y mayoritariamente europeos. La clave es la confianza y el rigor. Cumplir con los compromisos en tiempo y forma, respetar los procedimientos locales y mantener una comunicación constante y clara. Hay un lenguaje universal en la ingeniería: el del trabajo bien hecho y la seriedad.
A.L.: En una industria donde los proyectos pueden durar años y enfrentar imprevistos, ¿cómo mantienes la motivación y la creatividad?
O.E.: Lo bueno de esta industria es que cada proyecto es distinto. A lo largo de mi carrera he aprendido mucho de todos los proyectos e iniciativas que he liderado. Destacaría especialmente los aprendizajes más allá de la parte técnica: volvemos nuevamente a la parte humana, es decir, el trato con proveedores, la coordinación de equipos, la resolución de imprevistos…
Cuando era pequeño, seguía la construcción de nuevas atracciones desde detrás de las vallas, analizaba las fotos, observaba cada movimiento en las obras… Recuerdo que me fascinaba ver a los trabajadores de los fabricantes montar las atracciones… Y ahora, muchos años después, soy yo quien está «al otro lado de la valla», mientras los nuevos entusiastas observan las obras. Ver la ilusión del visitante al disfrutar de algo en lo que has contribuido es una recompensa enorme. Es una gran motivación, incluso en los momentos de mayor exigencia, y me recuerda por qué valió tanto la pena dedicarse a esta profesión.

A.L.: ¿Hacia dónde crees que se dirige la ingeniería de ocio? ¿Realidad virtual, integración de inteligencia artificial, otras innovaciones?
O.E.: Personalmente, creo que las sensaciones físicas continuarán con el liderazgo en las experiencias de entretenimiento, aunque la diversificación de la oferta es clave para el éxito de cualquier recinto de ocio. Cada vez se construyen menos recintos de grandes dimensiones; sin embargo, se observa un importante crecimiento de centros de ocio en entornos urbanos (FECs, etc…), que contribuyen a democratizar el acceso a las atracciones en lugares poco habituales. Estos ofrecen novedades y reclaman a los fabricantes una gran flexibilidad y capacidad para ejecutar ideas innovadoras y adaptarse a entornos exigentes desde el punto de vista del diseño.
Independientemente de la dirección que tome el sector, detrás de cualquier instalación o evento, la ingeniería del ocio no dejará de ser la disciplina imprescindible para garantizar su buen diseño y su funcionamiento. En España tenemos la gran suerte de contar con prácticamente todos los tipos de instalaciones de ocio: parques temáticos, parques de atracciones, ferias, parques acuáticos, centros con animales, transportes por cable, festivales de música, estructuras itinerantes y un largo etcétera…
A pesar de los desafíos jurídicos y normativos que persisten en nuestro país, y de factores evidentemente negativos como la temporalidad del sector, los profesionales técnicos tenemos una responsabilidad legal que asumimos plenamente: somos quienes evaluamos, proyectamos, validamos y firmamos. Por eso, debemos liderar (y lo hacemos) las mejoras que el sector necesita, indiscutiblemente, desde el rigor técnico y la experiencia.
Afortunadamente, ya no estamos solos, sino que existen espacios donde formarse, compartir conocimiento y potenciar el networking entre profesionales, como el Grupo de Trabajo de Ingeniería del Ocio. Solo desde esta unión y profesionalización podremos generar la fuerza necesaria para impulsar cambios legislativos que aporten mayor seguridad jurídica a todas las partes implicadas. El objetivo es claro: construir una industria del ocio en la que todo el mundo quiera trabajar.