Camarero, socorrista, asistente infantil en Club Med, viajero, instructor de vela, navegante, conserje en Mövenpick, azafato de vuelo, director de operaciones de un parque acuático en Centara Hotels & Resorts o en el parque acuático Ramayana. Estas son solo algunas de las actividades que ha realizado Martin Côté, el profesional que os presentamos en esta nueva edición de nuestra entrevista. Hoy desarrolla su trabajo, como uno de sus fundadores, en Andaman Capital, compañía inversora y consultoría relacionada con proyectos hoteleros, de entretenimiento, instalaciones acuáticas y deportivas.
Amusement Logic: ¿Podría explicarnos brevemente esa larga y diversa trayectoria profesional, y cuál ha sido el denominador común que le ha guiado a lo largo de su carrera?
Martin Côté: Para empezar, siempre, en cualquier circunstancia, conté con la confianza, el apoyo, la motivación y la ayuda de mis padres. Dicho esto, siempre supe que haría algo en el sector «deportivo». Por lo que recuerdo, siempre quise ser profesor de educación física. Para poder practicar los deportes que me gustaban, tenía que encontrar un trabajo para pagarlo. Mi primer trabajo fue de repartidor de periódicos a los 12 años. Empecé mi carrera de socorrista y entrenador de natación a los 16 años y, hoy en día, sigo trabajando en el sector de los deportes acuáticos.
Me fui de Canadá en 1999 a la edad de 23 años y empecé a trotar por el mundo en busca de aventuras. He vivido en Tailandia durante los últimos 12 años, en los que he trabajado para ayudar a diseñar, abrir y operar los parques acuáticos más grandes del sudeste de Asia. En mis viajes, recorrí Estados Unidos, Santa Lucía, las Islas Turcas y Caicos, Cancún y Martinica. También viví en Suiza varios años, y realicé dos viajes como mochilero por Asia.
Durante ese tiempo, trabajé como guarda de llaves en hoteles de 5 estrellas, botones, relaciones con los huéspedes, profesor de educación física, auxiliar de vuelo, asistente de club infantil, director de deportes acuáticos, director de deportes terrestres, profesor de jardín de infancia, director de actividades recreativas y director acuático de club deportivo.
De todas esas experiencias, mis años en el Club Med fueron los que realmente despertaron mi interés y me dieron muchos de los conocimientos que me ayudaron a llegar a donde estoy hoy. Aunque los días eran muy largos y estaba con los huéspedes las 24 horas del día, tuve la oportunidad de descubrir la «vida de familia» del Club Med. Esa fue realmente mi «escuela de vida», donde aprendí idiomas, descubrí el mundo, hice amigos para toda la vida, trabajé duro y conocí a mi mujer. Podemos resumir todo mi historial en 4 palabras: industria de la hospitalidad.
A.L.: ¿Cómo fue la experiencia en el parque acuático de Centara Hotels & Resorts, en Ramayana y en Blue Tree Phuket? ¿Diferencias y similitudes?
M.C.: Cuando preparaba el programa de primeros auxilios y socorrismo en Tailandia, con ayuda del director adjunto de la Cruz Roja tailandesa (trabajaba entonces en el Club de Deportes y Ocio de Thanyapura como subdirector acuático), se me acercó el director de deportes y ocio del Grupo Centara y me ofreció el puesto de director de operaciones. Acepté con mucho gusto. Fue mi primer «gran rol». Gestioné el parque acuático, los deportes y el ocio, el entretenimiento y, en determinado momento, un edificio de 160 habitaciones.
Después de este trabajo, estaba preparado para ocuparme de operaciones de más envergadura. Me reuní con uno de los propietarios del Parque Acuático Ramayana, que vino a Centara para verme en acción. Parece que le gustó. Empecé unos meses después, a 1.000 millas de Phuket, en Pattaya, Tailandia. Allí me involucré mucho en el diseño, la construcción, la preapertura y las operaciones. Me encantó, por fin había encontrado mi vocación y mi lugar en la vida. Es lo que me gusta hacer, pienso pasarme la vida aprendiendo y creando complejos turísticos y parques acuáticos y temáticos en todo el mundo. Actualmente trabajo con un grupo de profesionales de primera línea en el diseño, la financiación y la construcción de experiencias acuáticas de categoría mundial en varios lugares de la costa oeste de Estados Unidos.
Creo que tengo un ángel que me guía y que me cuida. Se trata de estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, haciendo las cosas correctas. En Ramayana, me he reunido con muchos futuros propietarios de parques que vinieron a ver el producto final, ya operativo. Estos (futuros) propietarios tuvieron confianza en que yo podía ayudarles con su sueño. Decidí convertirme en consultor y trabajé en algunos proyectos con propietarios privados. ¡Me lo pasé en grande! Durante ese periodo, me reuní con el director general de Blue Tree, que me ofreció el puesto de consultor y más tarde la dirección del proyecto. Fue un gran proyecto y una experiencia de aprendizaje aún mejor. Pude contribuir a su construcción, su preapertura y sus operaciones. Por fin realicé uno de mis sueños, que era una mezcla de experiencia combinada de Club Med y parque acuático: toboganes, deportes, diversión y entretenimiento todo el día.
Recuerdan cuando dije que se trata de estar en el lugar correcto, en el momento correcto, haciendo las cosas correctas. Así es: conocí a mi socio comercial en Blue Tree, mientras presentaba un proyecto de nieve en interiores, y a mi socio inversor cuando hacía una visita a Blue Tree para mostrar mi proyecto a un futuro propietario de Japón. La vida está llena de sorpresas.
En conclusión, Tailandia me ha venido muy bien para poder hacer esas cosas. Dicho esto, hay algunas diferencias culturales que hay que superar. Un par de frases que escuché y que tuve que gestionar para tener éxito fueron: «Prung nee jefe», o «Mañana jefe»; y, «Mai pen rai Khun Martin», o «Está bien así, no hay problema, Sr. Martin», cuando en realidad no era así.
Otro tema del que debo hablar aquí es la formación. En otras partes del mundo, la mayoría de la gente, antes de ser contratada, ya se ha formado en salvamento y primeros auxilios. Aquí tenemos que encontrar a las personas adecuadas en función de su buena actitud, su apertura de miras y su voluntad de aprender. Luego hay que enseñarles todas las habilidades y conocimientos que deben adquirir para hacer uno de los trabajos más difíciles: salvar vidas. Debería decir que PREVENCIÓN es la palabra clave aquí. Por tanto, la formación es crucial. Siempre habrá propietarios y/o directivos que querrán tener el proyecto más bonito a un menor coste. Sí, lo bonito es estupendo, pero si no es seguro, o si algo no está bien, hay que hablar claro y asegurarse de que se respetan y se ponen en práctica todas las precauciones de seguridad. Aunque el propietario no esté de acuerdo o eso signifique que puedas perder tu trabajo, debes ser firme y explicar que la seguridad es lo más importante y que no aceptarás otra cosa. No hay cabos sueltos. Regístralo todo en papel, y en circuito cerrado de tv, y forma a tu equipo en cada uno de los procedimientos operativos estándar.
A.L.: ¿Cuáles son las características de un proyecto para tener éxito? O, en otras palabras, ¿qué recomienda a un promotor que piense en desarrollar un proyecto de ocio?
M.C.: Siempre hay que tener en cuenta la seguridad y la experiencia del usuario final. Es lo que se llama equilibrio y enfoque, equilibrar la cantidad de diversión y mantener el enfoque en la seguridad. Equilibrio y enfoque también para el patrocinador, la superficie y el presupuesto del proyecto. Haz los deberes y estos te dictarán lo que debes hacer. Luego sólo queda averiguar cómo. Haz todo eso y recuerda que al final será el usuario el que diga si lo has hecho bien.
A.L.: ¿Cuáles son los proyectos más destacados en los que ha participado con Andaman Capital y cómo se desarrolló el trabajo?
M.C.: Andaman Capital es bastante nueva en el mercado, así que la mayoría de sus proyectos está todavía sobre papel y en fase de desarrollo. Hay algunos proyectos distribuidos por todo el mundo en los que trabajamos en este momento. Estados Unidos, Canadá, África, Filipinas, Vietnam y Papúa Nueva Guinea. Con mis socios recientes de Boutique Hospitality Partners, se presentan varias oportunidades nuevas y emocionantes. Ahora, con una fuerte experiencia en todas las áreas que se necesitan para tener éxito en el proceso, somos capaces de llevar los proyectos del concepto a su finalización desde la compañía.
Dicho esto, con la experiencia, las relaciones y los contactos que he podido forjar durante los últimos años, he podido asociarme con las personas más profesionales en los sectores de finanzas, construcción, tematización de parques, operaciones y gestión. Todos juntos, tenemos un pedigrí increíble y proyectos completados con éxito por parte de cada uno. Desde Atlantis Dubai o Legoland, hasta Disney Shanghai, o el grupo Laguna. Y, por supuesto, Ramayana y Blue Tree, por nombrar solo algunos.
A.L.: Usted conoce muy bien al público de Tailandia, y también ha trabajado en lugares como América, Europa, Asia: ¿cuáles son sus características específicas?
M.C.: Cada lugar tiene procedimientos de operación y formas específicas de ofrecer su experiencia a los usuarios. Sin embargo, en cualquier lugar del mundo, siempre se trabaja con un entorno de visitantes internacionales. Se debe enseñar a los empleados a actuar y reaccionar ante las diferentes normas étnicas y religiosas. Hay que leer y conocer cómo se comportan los americanos, los europeos (franceses, italianos, ingleses, alemanes, etc.), los chinos, los tailandeses, los vietnamitas y los australianos. Hay que aprender idiomas y respetar y hablar siempre a los visitantes como te gustaría que te hablaran a ti. Hay que saber que no todas las culturas y religiones se dan la mano, se abrazan, se tocan o acarician la cabeza de los niños, llevan el mismo tipo de traje de baño, etc. El mundo está lleno de contrastes y diferencias. Todos debemos intentar respetar las creencias y la forma de vida de cada uno.
A.L.: ¿Cómo ve el futuro del sector del ocio, el entretenimiento y la hostelería?
M.C.: En estos momentos, en muchos países, la gente se encuentra en la imposibilidad de ir de vacaciones, hacer fiestas o realizar cualquier actividad. En mi opinión, cuando haya un entorno más estable, la gente se lanzará a disfrutar de su «libertad». Habrá un boom en el sector de la hostelería y el entretenimiento. Dicho esto, parece que se está produciendo una mezcla en la que el visitante puede experimentar la realidad virtual, en atracciones y experiencias, al mismo tiempo que siente sensaciones reales. No hace mucho hablé con un amigo del mercado asiático que trabajaba en un concepto para combinar atracciones virtuales con una experiencia del parque y llevarla a cabo a través de estancias nocturnas. Básicamente, te registras en el hotel y sales de tu mundo actual para sumergirte o transportarte a una nueva realidad virtual. Como sabéis, cuantos más sentidos se vean involucrados, más profunda será la sensación de realidad del momento. Es muy divertido pensar en lo que podría experimentarse si todos los sentidos pudieran abandonar casi por completo el mundo real y participar en una nueva realidad virtual/conceptual hasta el extremo de incluir una estancia nocturna. ¡El futuro está lleno de diversión y grandes momentos!! Pero recordad: ¡La vida está llena de sorpresas!