Los incas comenzaron su historia como una más de las diversas tribus que convivieron sobre el altiplano andino, en torno a la actual ciudad de Cusco, al norte, y el lago Titicaca, al sur. Según cuenta el historiador peruano Valdemar Espinoza Soriano, los inca se vieron hostigados por los aymara desde el sur, lo que los llevó a huir hacia el norte. Fue así cómo fundaron la ciudad de Cusco, a principios del siglo XIII, alrededor de un pantano que hoy sustituye la plaza de Armas. Sin embargo, no por ello encontraron la paz, sino que tuvieron que enfrentar luchas constantes con las etnias vecinas, entre ellas los ayarmacas y los chanca.

Fue con la llegada al poder de un tal Pachacútec, y tras la victoria a la que llevó a una alianza multiétnica en la guerra contra la confederación de los chanca, hacia 1438, que el inca comenzó su expansión. Noveno gobernante de este pueblo —el primero que se refirió a sí mismo como monarca con el término «Inka» fue Inca Roca, que vivió durante la segunda mitad del siglo XIV—, a él le sucedió su hijo, el décimo inca Amaru Inca Yupanqui. Este, igual que el undécimo inca Túpac Yupanqui y, finalmente, el duodécimo inca Huayna Cápac, continuaron dicha expansión —sin entrar aquí en luchas intestinas por el poder— hasta alcanzar el que fue el imperio más extenso de la América precolombina, antes de su aniquilación final a partir de 1533, con la conquista española.

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Esa es la etapa de un siglo que se conoce como Imperio Inca. Durante este, bien por los conocimientos que asimilaron de los pueblos incorporados, bien por los que alumbraron ellos mismos, la civilización del inca alcanzó la cima de su cultura, su tecnología y su ciencia. Una de las manifestaciones de esa cultura, tecnología y ciencia fue precisamente su arquitectura.

La mampostería en la arquitectura inca

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Los incas desarrollaron tres estilos principales de mampostería en sus construcciones y edificios:

Estilo pirca: lo integran muros construidos con piedras pequeñas y medianas, unidas con mortero de adobe. Se trata de un estilo rústico, el más usado, por cierto, ya que permitía una construcción fácil y rápida. Se utilizó en los bancales de las laderas de las montañas y en los edificios comunes.

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Estilo «celular», según término acuñado por el arquitecto peruano Santiago Agurto: lo integran las construcciones que realizaron los incas con piedras medianas talladas con forma poligonal.

Estilo imperial: es el estilo más refinado, quizá el más singular de los incas, con bloques rectangulares o poligonales de gran tamaño que tallaron, pulieron y ensamblaron con tal exquisita precisión que no requirieron mortero visible.

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La arquitectura inca de estilo imperial es precisamente la que aporta una novedad a la historia de la arquitectura —la precisión milimétrica con la que labraban los bloques de piedra para ensamblarlos después como en un puzzle—, y no es casualidad que sea la que despierta más admiración y la más conocida. Se destinaba principalmente a edificios monumentales o de importancia funcional o simbólica, ya fueran construcciones defensivas, administrativas o religiosas.

Para tallar, ajustar y pulir los bloques de granito, basalto o caliza, utilizaron herramientas de bronce y cobre, martillos y abrasivos. Otros elementos que emplearon en la construcción fueron las rampas de tierra o piedra para elevar en posición los grandes sillares, y las sogas de fibra vegetal para acarrearlos. Sin embargo, los edificios incas más humildes se erigieron con pequeños sillares e incluso con ladrillos de adobe, en estilo pirca o celular. En todo caso, las formas trapezoidales en ventanas y umbrales, y los tejados a dos aguas, son características que recorren la arquitectura inca.

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Métodos de construcción del inca y organización social

La construcción en la arquitectura inca, sobre todo la de edificios públicos con estilo imperial, requería un esfuerzo de trabajo extraordinario. El sistema que lo permitió se denomina en quechua mit’a; en castellano, mita. Se trataba de una forma de tributo laboral al que estaban obligados los ciudadanos incas. Por él, todos los aptos trabajaban para el Estado un número determinado de días al año.

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De esa manera, el gobierno del inca pudo movilizar a miles de trabajadores para la construcción de grandes proyectos. Se dice, por ejemplo, que la fortaleza de Sacsayhuamán, en Cusco, tomó hasta 20.000 hombres a lo largo de los 50 años que duró su construcción. La mita no solo sustentó la construcción de fortificaciones, templos y edificios administrativos, sino que sirvió también para el trabajo en carreteras, puentes, acueductos y bancales.

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Planificación urbana y simbolismo en la arquitectura inca

Los incas llamaban a su territorio Tahuantinsuyo, cuyo significado en quechua es «país de las cuatro regiones». Pues bien, una de las principales obras de planificación urbana de los inca, más allá de la arquitectura propiamente dicha, que representa por lo demás un gran logro, fue el Qhapaq Ñan (o Cápac Ñan, es decir, «camino principal»). Se trataba de una red de caminos de más de 30.000 km que vertebraba y comunicaba, a través de un eje interior en la sierra y otro exterior en la costa, de norte a sur, las poblaciones y ciudades de esas cuatro regiones. Fue inscrito como patrimonio mundial de la humanidad en la UNESCO, en la categoría de itinerario cultural, en el 2014.

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Por otro lado, se dice que el diseño urbano original de la capital del imperio inca, la ciudad de Cusco —por cierto, también patrimonio de la humanidad desde 1983—, obra de Pachacútec, tiene forma de puma, un animal sagrado para su pueblo. En el pecho del felino se encontraba la plaza central Haucaypata y su cabeza descansaba en la colina sobre la que se erige la fortaleza de Sacsayhuamán. Machu Picchu, por su parte, atestigua una planificación urbana dictada por la observación astronómica, alineada en ventanas y templos con los sucesos celestiales como los solsticios y los equinoccios.

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A este respecto, es necesario aclarar que el inca investía de divinidad al Sol (o Inti), uno de los dioses más importante, pero también a la Luna (Mama Quilla), protectora de las mujeres, a la Tierra (Pacha Mama), divinidad de la fertilidad agrícola, al rayo (Illapa), dios de la guerra, además de otros muchos elementos de la naturaleza. Es por ello que la integración de la tecnología con la naturaleza, también de la arquitectura y el urbanismo, se evidencia en todas las infraestructuras que realizaron.

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Una de esas grandes infraestructuras, además de las ya citadas, fue la del complejo sistema de canales y cisternas que abasteció a ciudades y campos agrícolas. El sistema hidráulico que se extiende bajo Machu Picchu, con canales subterráneos que aseguraban por gravedad el flujo constante de agua y el drenaje para evitar inundaciones, es un claro ejemplo.

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Orígenes de la arquitectura del inca

En cuanto a sus orígenes, algunos arqueólogos señalan que los incas recibieron influencia de dos culturas previas: la de Tiahuanaco y la huari. Según el arquitecto venezolano Graziano Gasparini, los incas se inspiraron en la antigua ciudad de Tiahuanaco, de la que tomaron técnicas como el corte y pulido de bloques de piedra y las jambas dobles. Sin embargo, está en discusión la manera en que se mantuvo esa tradición durante los 300 años entre el colapso de Tiahuanaco y el auge del inca. Algunos expertos sugieren que esa técnica perduró en la región del lago Titicaca, de donde la tomaron los inca.

Fuentes: Wikipedia 1, Wikipedia 2, Wikipedia 3, Wikipedia 4, Wikipedia 5, Wikipedia 6, World History Encyclopedia, MayaIncaAztec, TCS World Travel.

Imágenes: Wikipedia.