Hoy compartimos con vosotros el privilegio de hablar con Eric Carletti, un veterano visionario del sector del camping y la hostelería al aire libre. Su trayectoria, sus ideas, sus proyectos, han sido como un viento fresco para el concepto de camping en Europa. De hecho, Carletti transformó un modesto camping de dos estrellas, legado de su padre en los años 60 del siglo XX, en referencia de innovación en turismo al aire libre. Con inquebrantable orientación a la mejora continua, a la anticipación de las necesidades del cliente, a la comodidad, a la creación en suma de experiencias únicas —desde parques acuáticos tematizados hasta espectáculos nocturnos—, su historia es un testimonio de audacia y atención al detalle. Acompañadnos y descubrid las claves de su éxito y su visión del futuro del camping.
Amusement Logic: Fue su padre, la primera generación, quien decidió vender su empresa y cambiar de profesión para dedicarse a la hostelería al aire libre. ¿Qué le llevó a dar ese giro?
Eric Carletti: En 1967, mi padre tenía ganas de cambiar. Vendió su negocio y su casa en la Costa Azul. El azar quiso que nos fuéramos de vacaciones en caravana al Camping La Sirène, en Argelès-sur-Mer (Francia). El propietario de entonces tenía dificultades económicas y el generador eléctrico del camping se averió durante nuestra estancia. Mi padre compró uno nuevo para salvar la temporada. Le sedujo el potencial de la región, entre el mar y la montaña. Intuyó que allí había una oportunidad para crear algo nuevo y se hizo con el camping La Sirène.

A.L.: Ese primer camping de 2 estrellas se ha convertido hoy en tres campings de 5 estrellas gracias a una reinversión constante. ¿De dónde viene ese enfoque empresarial?
E.C.: Siempre hemos considerado que la satisfacción del cliente pasa por la mejora continua. Nada se da por sentado. Cada año, reinvertimos una parte importante de nuestra facturación en nuestras infraestructuras, nuestros equipos y nuestra oferta de servicios. Esta cultura de reinversión viene de mi padre, pero nosotros la hemos reforzado y estructurado. Nuestro objetivo es sencillo: sorprender a nuestros clientes cada temporada.
A.L.: Otro factor de éxito parece haber sido su capacidad para interpretar la demanda del público. Por ejemplo, usted fue uno de los primeros en ofrecer bungalós en un camping. ¿Cuál es el secreto para comprender y anticiparse a los deseos de los clientes?
E.C.: Hay que saber escuchar. Muy pronto comprendimos que la comodidad era una demanda creciente. Ofrecer alojamientos de alquiler como bungalós y, posteriormente, mobil-homes de alta gama, era responder a esa aspiración. Desde hace más de 20 años, trabajamos con opciones de casas móviles fabricadas a medida con la ayuda de un diseñador, según nuestras exigencias.
Ya no se espera del camping lo que se esperaba en los años 70: hoy en día, los veraneantes quieren libertad… pero sin renunciar a la comodidad ni a los servicios. Nos esforzamos por ofrecer un servicio de calidad en todos los ámbitos: animación, infraestructuras, servicios, exuberante vegetación del recinto…
A.L.: ¿Cuáles fueron sus impresiones cuando visitó el parque de atracciones de Rímini, Italia, y qué le llevó a crear un parque acuático en un camping por primera vez en Europa?
E.C.: Ese viaje fue un verdadero punto de inflexión. En aquella época, algunos campings grandes construían piscinas con formas libres. En Rímini, durante la visita a un parque de atracciones, vi cómo la tematización podía transformar por completo la experiencia del cliente. En ese momento, la principal limitación era el presupuesto. Pero con la ayuda de Enrique Zamora, hoy director general de Amusement Logic, que también quería asociar esta tematización con grandes piscinas, llegué a convencerme y llevamos a cabo aquel proyecto. Era algo inédito en el sector de la hostelería al aire libre en aquella época. Queríamos crear un universo inmersivo, tematizado, en el que cada detalle fuera importante.
A.L.: Otro concepto del que fueron pioneros es el de la integración del paisaje y la vegetación en el camping. ¿Cómo se les ocurrió esta idea?
E.C.: La integración paisajística es un tema que me interesa especialmente. Desde muy pronto comprendimos que el entorno es un elemento fundamental de la experiencia vacacional. Enriquecer la vegetación, crear senderos sombreados, plantar cientos de especies… todo ello contribuye al cambio de aires. Y también crea una identidad fuerte, una firma visual. Hoy en día, nuestros clientes nos dicen a menudo que nuestra vegetación es una gran baza. Es un verdadero orgullo.
A.L.: Con la llegada del nuevo siglo, empezasteis a ofrecer espectáculos nocturnos a los campistas.
E.C.: Queríamos ofrecer veladas dignas de los grandes escenarios. Música en directo, musicales, espectáculos temáticos, artistas… Esto ha convertido nuestras veladas en momentos destacados de la estancia. Hoy en día, estos espectáculos, que realizan artistas profesionales, se han convertido en imprescindibles. Reúnen a las familias, a diferentes generaciones, y crean recuerdos únicos.
A.L.: En 2014, añadieron dos nuevas piscinas cubiertas al Camping La Sirène. ¿Les ha permitido esto desestacionalizar su actividad?
E.C.: Por supuesto. El objetivo era prolongar la temporada y ofrecer una experiencia auténtica incluso en abril o septiembre. La piscina cubierta es una gran ventaja: tranquiliza a los clientes a la hora de reservar, sobre todo en temporada baja. Esto nos ha permitido atraer a una clientela más amplia, especialmente europea, y reforzar el atractivo del camping en temporada baja.

A.L.: ¿Cómo ha evolucionado el público de viajeros y turistas en los últimos 50 años?
E.C.: Ha sido una auténtica revolución. En los años 70 y 80, la gente acudía al camping por el precio. Hoy en día, se elige el camping por su ambiente, su comodidad, sus instalaciones y sus valores. La clientela se ha vuelto mucho más exigente, pero también más diversa. Espera experiencias, autenticidad, pero también altos estándares. Los niños influyen en las decisiones, las familias buscan reconectar. El camping se ha convertido en una verdadera alternativa a los hoteles o clubes.
A.L.: En temporada alta, un camping es como una pequeña ciudad, por lo que usted es, en cierto modo, el «alcalde». ¿Cómo gestiona esta responsabilidad y cómo gestiona a tanta gente?
E.C.: Es un equilibrio entre rigor y cercanía. Hay que anticiparlo todo: la seguridad, la limpieza, los servicios, los imprevistos. Esto requiere una organización milimétrica, pero también mucho contacto humano. Estoy rodeado de equipos formidables en todos los sectores. Y además, estoy presente, sobre el terreno. Esta relación de confianza es esencial.
A.L.: Dada su capacidad para ver el futuro, no podemos eludir la siguiente pregunta: ¿cuál es el futuro del sector del camping?
E.C.: Creo que el futuro es prometedor. El camping subirá de categoría y se diversificará. Incorporará aún más tecnología, sostenibilidad y personalización. El reto será conciliar el confort con la experiencia de la naturaleza, mantener la autenticidad y, al mismo tiempo, innovar. El cliente del mañana querrá disfrutar de unas vacaciones sencillas, conectadas, responsables… e inolvidables.
Los grandes grupos compran cada vez más establecimientos importantes que fueron históricamente gestionados por familias y se vuelven cada vez más poderosos. Esto cambia el panorama de la hostelería al aire libre y, en algunos casos, puede afectar a la calidad del servicio. Hay que estar atentos y no dejar de diferenciarse.