El césped artificial sobre bases elásticas de caucho reciclado o sistemas de amortiguación especializados, alcanza niveles de absorción de impactos adecuados para cumplir con las normativas de seguridad infantil. La altura y la densidad de las fibras sintéticas que lo forman juegan un papel crucial en su capacidad para amortiguar caídas.

Desde el punto de vista higiénico, los modelos actuales incorporan tecnologías antibacterianas en las fibras y drenajes eficientes que evitan acumulaciones de agua. Sin embargo, requieren un protocolo de mantenimiento que incluye cepillado periódico para mantener la verticalidad de las fibras, así como la redistribución anual del material de relleno.

Consideraciones climáticas y ambientales

El comportamiento térmico del material sigue siendo su principal limitación. Estudios de medición en condiciones de radiación solar directa han registrado temperaturas superficiales hasta 20°C superiores a las del césped natural, lo que ha llevado a muchos municipios a establecer protocolos de uso en horas de menor insolación. Como contrapartida, su rendimiento en climas lluviosos es notablemente mejor que el de superficies terrizas, ya que elimina problemas de barro y mantiene su funcionalidad inmediatamente después de precipitaciones.

En el ámbito de la sostenibilidad, aunque elimina el consumo hídrico del césped natural, presenta desafíos en su ciclo de vida final. Los sistemas de reciclaje para césped artificial están aún en desarrollo, por lo que, actualmente, es más sostenible optar por modelos fabricados con materiales reciclados y con garantías de durabilidad superiores a 8 años.

Comparativa técnica con otras superficies

Frente a los pavimentos de caucho continuo —considerados el estándar áureo en seguridad infantil—, el césped artificial presenta una absorción de impactos ligeramente inferior, aunque más uniforme que las losetas de caucho. Su ventaja competitiva radica en la integración paisajística; permite diseños que simulan espacios naturales. Para áreas con columpios o estructuras de gran altura, los expertos recomiendan combinarlo con zonas de caucho en puntos de caída críticos.

Los avances tecnológicos recientes han introducido mejoras sustanciales en los modelos de última generación. Entre ellos, la disponibilidad de fibras con protección UV para reducir el calentamiento, texturas más suaves al tacto o colores más naturales.

Por Pablo Vidal, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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