Los microorganismos y bacterias presentes en el agua son destruídos rápidamente, en cuestión de segundos, al entrar en contacto con el cloro libre. Sin embargo, cuando esas bacterias y microorganismos se adhieren a una superficie, son capaces de desarrollar un gel de alginato (un polímero orgánico), que las aísla del cloro y evita su destrucción, al menos en las concentraciones habituales de este químico en piscinas (1 ó 2 ppm). Dicho gel actúa como escudo y permite que las bacterias se reproduzcan libre y rápidamente, y colonicen así la superficie a la que se han adherido. Así se forma el biofilm, una película biológica resbaladiza, de color verde amaillento. Una vez formado, el biofilm es colonizado por otras especies de patógenos, como pueden ser las algas o los hongos.
Desarrollo del biofilm en las piscinas
El biofilm se forma y desarrolla en las siguientes etapas:
–Adhesión (1): dadas unas condiciones adecuadas, los microorganismos se adhieren a la superficie.
–Colonización (2): las bacterias adheridas comienzan a colonizar la superficie.
–Formación (3): los microorganismos comienzan a formar una matriz extracelular.
–Crecimiento (4): se forman canales en el interior de la matriz, que permiten el transporte de nutrientes y el desarrollo de la película.
–Dispersión (5): fragmentos del biofilm se desprenden, se adhieren a otras superficies y facilitan su expansión.
En el caso particular de las piscinas, el biofilm se desarrolla en sus paredes, en el fondo, en tuberías y también en el medio filtrante, el cual presenta precisamente la mayor superficie de contacto con el agua en una piscina.
Factores de proliferación del biofilm en una piscina
Una serie de factores influyen en el desarrollo del biofilm en piscinas:
-La presencia de materia orgánica en el agua, es decir, nutrientes para las bacterias.
-Las superficies o sustratos favorables para el crecimiento de las bacterias.
-Una dosificación química deficitaria o inadecuada.
-El agua estancada o con poca circulación, pues su movimiento disminuye el crecimiento biológico.
-El aforo de bañistas. A mayor cantidad de bañistas, mayor cantidad de materia orgánica se introduce en el agua de una piscina.
-La temperatura del agua de la piscina. A mayor temperatura del agua, mayor crecimiento biológico. Hay que tener especial cuidado en las piscinas de spa e hidroterapia, en las que el agua suele presentar mayores temperaturas.
El biofilm en los medios filtrantes
–Arena de sílice: el medio filtrante más empleado en filtros de piscinas convencionales es la arena de sílice (A en la imagen). Se trata de un material que tiene una granulometría adecuada para la retención de partículas. Sin embargo, presenta porosidad y rugosidad superficial, por lo que, a pesar del lavado a contracorriente periódico, pueden acumularse residuos orgánicos y grasas en sus superficies y hendiduras. Las bacterias, de hecho, se adhieren a la superficie de los granos de arena y se alimentan de la materia orgánica que ha quedado retenida en ellos, de forma que se reproducen y desarrollan el biofilm. Este biofilm apelmaza la arena, aglutina ciertas zonas (B en la imagen), y crea caminos preferentes (C) en el medio filtrante. A partir de ese momento, el filtro ya no lleva a cabo adecuadamente su misión, sino que será necesario reemplazar el medio filtrante.
–Vidrio reciclado: este material tiene un comportamiento considerablemente mejor como medio filtrante frente a la formación del biofilm. En primer lugar, el vidrio no presenta superficies porosas ni hendiduras superficiales, y su textura no es rugosa, por lo que no se fijan en él las partículas orgánicas que sirven de alimento a las bacterias. Además, los microorganismos encuentran asimismo más dificultades para fijarse en el vidrio debido a su superficie lisa y deslizante.
Medidas de prevención del biofilm
Para evitar la aparición de biofilm en piscinas, es recomendable:
-Mantener el agua con un nivel de cloro libre adecuado, que ayude a prevenir el crecimiento de bacterias y microorganismos patógenos en el agua.
-Mantener el agua de la piscina en un pH adecuado, entre 7,2 y 7,4, que ayude a que el cloro sea más efectivo.
-Mantener en funcionamiento la filtración de la piscina las 24 horas.
-Controlar el cloro combinado, y mantenerlo bajo, para evitar altas concentraciones de cloraminas y materia orgánica. Es recomendable realizar aportaciones periódicas de agua de red, para disminuir la concentración de cloraminas.
–Limpiar las paredes y el fondo de la piscina y el depósito con regularidad.
-Mantener el medio filtrante limpio, con lavados a contracorriente periódicos, y reemplazarlo cuando sea necesario, de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.
–Evitar la materia orgánica en el interior de vasos de piscina y depósito.
-E implementar tratamientos de floculación, que aglutinan las partículas y organismos más pequeños presentes en el agua de las piscinas. De esa forma, el filtro las atrapa y evita que se mantengan en suspensión.
Por Luis Llor, ingeniero hidráulico sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic