Más allá de su cualidad vital, con sus sonidos, su textura y su versatilidad, el agua arrastra a menudo una especie de poesía de la serenidad, pero también del juego y el solaz. Con esos atributos y otros muchos, su integración a través del diseño enriquece los espacios residenciales. Veamos algunas ideas para ello:
-En estanques serenos: los estanques sostienen la vida acuática, como peces y plantas, y tributan a los sentidos sonoras escenografías ecológicas. Sobre todo cuando su diseño se adapta e incorpora los hábitats de la biodiversidad nativa.
–Piscinas integradas: una piscina no solo es un lugar para refrescarse en verano, sino también una característica arquitectónica que confiere un toque de elegancia al diseño general de una casa. Altamente recomendable será el uso de materiales locales, tan sostenibles como sea posible, así como de sistemas de filtración eficientes que reduzcan el impacto ambiental.
-Captación de agua de lluvia: aprovechar el agua que llega del cielo es una práctica tan ambientalmente consciente como éticamente aconsejable. Los sistemas de recolección de agua sirven al riego del jardín y también en los usos domésticos con el debido tratamiento purificador. Así se reduce la dependencia de un suministro externo y ayudamos a mitigar el impacto de las inundaciones.
–Tratamiento sostenible del agua: existen sistemas de tratamiento del agua que respetan el medio ambiente. Por qué no recurrir a métodos de filtración naturales, como por ejemplo los humedales artificiales, para reducir el uso de productos químicos. El agua así tratada sirve perfectamente para fines no potables, como el riego.
Como veis, el agua en las viviendas no solo contribuye a hacer de ellas un lugar idílico, sino también a su sostenibilidad, su equilibrio y, en general, a una vida medioambientalmente consciente.
Por Manolo Barberá, modelador hidráulico sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic