Published On: 08.11.2021|Categories: Artículos|Tags: |

El territorio de Arabia Saudí se divide en cuatro grandes regiones históricas. La región de Hiyaz, situada al oeste del país, ocupa las llanuras que recorren la costa del Mar Rojo, y en ella se asientan ciudades tan importantes como Yeda, Medina o La Meca. El Neyed es una extensa meseta que ocupa la parte central del país y se eleva sobre el nivel del mar entre 762 y 1.525 m, y cuya ciudad más importante es Riad, la capital. Las provincias del este de Arabia Saudí se sitúan en las costas del Golfo Pérsico. Finalmente, la provincia de Asir ocupa el extremo sudoeste del país. De la misma forma que la meteorología difiere en cada una de estas regiones, así difiere la arquitectura tradicional que se encuentra en ellas y sus métodos de construcción.

Arquitectura vernacular en el Hiyaz

En el Hiyaz se encuentran numerosos vestigios de arquitectura vernacular (edificios al margen de cualquier tradición académica u orientación profesional), como ejemplos del antiguo oficio de los constructores artesanos itinerantes. Así, los edificios de arquitectura tradicional que sobreviven en las ciudades históricas de la región se caracterizan por presentar formas rectilíneas, por la utilización de materiales locales como el coral para las columnas, o la arcilla de limo y la madera de palma, que les confiere tonalidades y texturas características, y una distribución en varios pisos de altura.

A este respecto, la disposición de los pisos servía para acoger las distintas funcionalidades del edificio: la planta baja y el primer piso se utilizaban respectivamente como espacio de recepción o salón y como vivienda para los invitados (ya que la región siempre ha recibido gran afluencia de peregrinos y en el Islam la hospitalidad es un valor muy importante); el resto de las plantas superiores se reservaba a la familia que residía permanentemente en el edificio; por último, y para aprovechar la frescura de la brisa marina y combatir así el clima excesivamente cálido en verano, utilizaban el último piso, la terraza, para dormir.

En cuanto a la ornamentación, las familias y los artesanos tenían preferencia por los patrones geométricos, la caligrafía árabe y las formas vegetales abstractas. Mención especial merece la mashrabiya, uno de los elementos arquitectónicos más significativos de la región. Consiste en un mirador saliente cerrado con celosías de madera tallada, a veces realzado con vidrieras, situado en los pisos superiores del edificio. Se utilizaba tradicionalmente para la ventilación y la refrigeración de la estancia, y en él se colocaban jarras y palanganas de agua para su enfriamiento por evaporación.

Arquitectura para un clima extremo en Neyed y las provincias del este

En la región de Neyed, el clima es cálido y seco y las altas temperaturas del día sufren una caída drástica al llegar la noche. Así, una casa típica de la zona tiene dos pisos de altura, construidos alrededor de un patio central abierto, cuadrado o rectangular, que sirve para regular la temperatura y como espacio privado de la familia residente. Por lo demás, el nivel del tejado era utilizado también para dormir en verano. El material local disponible para construir las casas de Neyed era tradicionalmente el barro, con el que se enlucían las paredes y se fabricaban ladrillos secados al sol. Las paredes exteriores suelen ser gruesas (de 80 a 100 cm) y sin ventanas o con ventanas muy pequeñas, para aislar los interiores de las temperaturas extremas del día y de la noche. Además, las casas de Nayed se construían a ambos lados de callejuelas estrechas para evitar los rayos solares y proporcionar sombra a residentes y transeúntes.

En las provincias del este, las casas presentan características similares a las del Neyed. Al fin y al cabo, aunque su clima es más húmedo debido a la proximidad de las aguas del Golfo Pérsico, las temperaturas son igualmente elevadas durante el día y frías durante la noche. Una de las características diferenciales es la construcción anexa a la casa de torres para la captación del viento, un elemento que se extiende más allá de la región, hasta Irán.

Arquitectura en las montañas de Asir

La de Asir es una región de alta montaña, con un clima de tipo mediterráneo, o veranos secos e inviernos lluviosos. Siglos de vida en estas condiciones climáticas dieron lugar a casas de piedra en las colinas y de barro en los valles. Las que presentan una arquitectura realmente singular son las casas de barro. Estas se construyen por etapas, una capa se erige sobre otra cuando la anterior se seca, y cada una de dichas capas se corona por losas de piedra que sobresalen. Los muros de arcilla se inclinan hacia el interior, lo que les da una ligera apariencia de pirámide truncada. El grosor de los muros se reduce a medida que se elevan, un método constructivo que reduce los materiales de construcción y la presión sobre los cimientos. Las aristas se prolongan en la parte superior del edificio, lo que resulta en una coronación decorativa particular. Por lo demás, uno de los rasgos característicos de la arquitectura de la región son esas cornisas de piedra que sobresalen de los muros y protegen las fachadas de la erosión de la lluvia. A ello se suman los vivos colores que utilizan hoy en día para decorar los edificios, tanto en el interior como en el exterior. Si bien los hombres se encargan de construir las casas, son las mujeres las que se encargan de la pintura.

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