En la orilla norte del río Moscova se alza una gran catedral ortodoxa de estilo neoclásico. Nada en su apariencia sugiere a quien la contempla que es en realidad una reconstrucción reciente, fruto de una historia tan curiosa como representativa de los avatares del siglo XX. Veamos por qué:

En 1931, la Unión Soviética convocó un concurso internacional de arquitectura para construir el llamado Palacio de los Sóviets, un colosal complejo administrativo que incluía un palacio de congresos. Se invitó para ello a los arquitectos más destacados de la época —como Le Corbusier, Erich Mendelsohn, Walter Gropius y Hans Poelzig—, pero el ganador fue el proyecto de Boris Iofan.

El diseño monumental de este arquitecto era el de un edificio de 415 m de altura, rematado por una estatua de Lenin de 100 m, que aspiraba a ser el más emblemático del mundo, cuyo estilo recuperaba la arquitectura neoclásica. Por ello, generó una inmensa polémica entre las vanguardias arquitectónicas, que lo consideraron un retroceso por abandonar el innovador constructivismo soviético.

Las obras comenzaron en 1937, con la demolición de la histórica Catedral de Cristo Salvador (de 1812). Sin embargo, la invasión alemana de 1941 paralizó la construcción. La estructura metálica, ya erigida, fue desmontada para emplearla en fortificaciones y puentes. Únicamente quedó en el lugar una enorme base circular de hormigón de 130 m de diámetro.

El proyecto se abandonó finalmente en 1958. Bajo el mandato de Nikita Kruschev, se decidió dar un nuevo uso a la cimentación, y así nació la mayor piscina pública al aire libre del mundo: la piscina Moskvá.

Con una superficie de 13.000 m² y un volumen de 25.000 m³ de agua, la piscina, climatizada, operaba incluso durante el gélido invierno moscovita. Llegó a recibir hasta 20.000 visitantes al día —3 millones al año—, a los que ofrecía distintas áreas de recreo: una deportiva en su centro, con piscina olímpica y trampolines, 5 playas infantiles, una playa de guijarros en el perímetro y acceso directo desde el agua a edificios anexos con baños y saunas.

La piscina funcionó de 1960 a 1994, cuando fue desmantelada, tanto por sus altos costes energéticos como por los nuevos intereses políticos tras la disolución de la Unión Soviética. En su lugar, se reconstruyó la original Catedral de Cristo Salvador.

Por Miquel Solís, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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