En el extremo norte del mar Rojo, Egipto y Arabia Saudita parecen acercarse tímidamente sin llegar a tocarse; es el estrecho de Tiran, que cierra el golfo de Aqaba y forma el sur de la península del Sinaí, al oeste, con el promontorio de Ras Alsheikh Hamid, al este. La distancia entre ambos países se reduce allí a unos 13 km. Las islas de Tiran y Sanafir custodian ese paso estrecho. Ahora, ese figurado y tímido intento de abrazo podría por fin consumarse con un proyecto de grandes dimensiones, un puente que cruzaría el estrecho de Tiran, cuyo último avance acabamos de conocer.

Efectivamente, Reuters informaba hace apenas unas semanas (junio de 2025) de una declaración exclusiva del ministro de Transporte y viceprimer ministro de Egipto, Kamel al-Wazir, según la cual, ya se ha completado la fase de planificación de tan esperado proyecto. De hecho, se podría poner en marcha «en cualquier momento, ya sea un puente o un túnel». No deja de ser curioso que, si ya se ha planificado, el ministro todavía no pueda decirnos si dicha conexión entre ambos países se efectuará a través de un puente o un túnel —o las dos cosas. Sea lo que sea, se trata sin duda de un proyecto que desafía las leyes de la física, pero también las complejidades geopolíticas y hasta las condiciones medioambientales de la región. Al fin y al cabo, dicho puente cruzaría un área rica en biodiversidad y en arrecifes de coral.

Una conexión histórica entre Asia y África

La idea de unir Asia y África a través de un puente comenzó a debatirse hacia el año 2005, un intento que encalló, sin embargo, debido a cuestiones de seguridad y geopolítica. A pesar de todo, en 2016, durante su visita oficial a El Cairo, el rey Salman de Arabia Saudita y el presidente egipcio de entonces, Abdel Fattah el-Sisi, anunciaron un acuerdo. Con «la planificación» finalizada y un presupuesto estimado de €3.500 millones que financiará principalmente Arabia Saudita, el inicio de la faraónica obra —nunca mejor dicho— parece más cercano que nunca.

La conexión, para cuyo nombre oficial se propone «Puente rey Salman bin Abdulaziz», unirá Ras Alsheikh Hamid, en la costa saudí, con Sharm el-Sheikh, en la península egipcia del Sinaí. Para ello, se apoyaría y atravesaría la estratégica isla de Tiran. Según las informaciones disponibles, la estructura incluirá carreteras y una línea ferroviaria para transportar tanto mercancías como pasajeros, esta última de alta velocidad. Un detalle que no es menor, por cierto: se espera que el puente facilite el peregrinaje a La Meca para millones de fieles africanos, además de impulsar el turismo y el comercio intercontinental.

Más allá de su función práctica, el puente es un gesto político, un abrazo fraternal entre Arabia Saudita y Egipto. Con él, la primera refuerza su liderazgo regional y su visión de convertirse en un centro logístico y turístico global, con proyectos como NEOM, la megalópolis futurista en la que se incluye la ciudad lineal conocida como The Line, en construcción en estos momentos. Para Egipto, en cambio, representa una oportunidad de revitalizar el Sinaí, una región históricamente marginada por razones geográficas, pero clave para su economía. No menos importante es el mensaje de unidad árabe que ambos países buscan proyectar. Con los planes técnicos listos y la financiación asegurada, solo faltarían los últimos trámites regulatorios, medioambientales y diplomáticos para que comience su construcción, posiblemente en 2026.

Fuentes: Wikipedia, Al Jazeera, Parametric Architecture, Dezeen.

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