Aunque su concepción nos remonta a planes urbanísticos anteriores, el proyecto del que vamos a hablaros hunde sus raíces en conversaciones estratégicas iniciadas durante la Cumbre de Inversiones Reino Unido-Kenia celebrada en Londres el 20 de enero de 2020. El entonces presidente keniano Uhuru Kenyatta y el primer ministro británico Boris Johnson acordaron cooperar en el desarrollo urbano de Nairobi. El primer proyecto que recibió financiación del gobierno británico fue precisamente el del desarrollo urbano en el corazón de la capital de Kenia: Nairobi Railway City.
Desde entonces, el gobierno de Reino Unido financia a un equipo de expertos en desarrollo urbano que asesora técnicamente a los pertinentes organismos gubernamentales kenianos. La revisión del plan maestro, la adquisición de terrenos, la identificación de prioridades, el estudio de viabilidad, así como el diseño de detalle, la ingeniería del proyecto y el cálculo de costes asociados, son algunos de los procesos realizados a su amparo.

El desarrollo de Nairobi Railway City incluye una nueva estación central multimodal junto con promociones comerciales y residenciales, en una extensión del corazón de la ciudad de casi 172 ha. Su diseño pretende combinar e integrar diversos modos de transporte, entre ellos el sistema ferroviario actual, nuevas líneas de Autobuses de Tránsito Rápido (BRT por sus siglas en inglés, es decir, un sistema de transporte público basado en autobuses articulados), las terminales informales de los populares matatus, esos curiosos y profusamente decorados minibuses que mueven al 70% de la población, y, por último, una serie de corredores peatonales mejorados.
El eje sobre el que gira el proyecto de Nairobi Railway City es una estación central nueva, con un diseño adecuado para gestionar un flujo estimado de 30.000 pasajeros durante las horas punta. Con una superficie planificada de 4.000 m2, este nodo de transporte incorporará el edificio histórico de la estación actual, aunque también contempla futuras expansiones hacia el sector sur.

El aspecto financiero del proyecto descansa en un acuerdo firmado en junio de 2022 entre los gobiernos de Kenia y Reino Unido. Este memorándum de entendimiento habilita una financiación potencial de hasta €1.750 millones a través del mecanismo UK Export Finance. Sin embargo, persisten interrogantes sobre los plazos concretos de desembolso y la participación efectiva de empresas británicas en la fase de construcción.
El proyecto no está exento de desafíos significativos. Uno de los más sensibles es la necesaria reubicación de los comerciantes y operadores de transporte informal que ocupan actualmente los terrenos destinados al desarrollo. Experiencias anteriores en proyectos similares han demostrado que este tipo de reubicaciones pueden generar tensiones sociales si no se tratan con suficiente transparencia y participación de los afectados.

En cuanto a los beneficios, las autoridades proyectan la creación de aproximadamente 5.000 empleos directos durante la fase de construcción, con otros 5.000 puestos adicionales una vez completada la primera etapa operativa. No obstante, especialistas en desarrollo urbano han señalado que la escasez de mano de obra calificada podría convertirse en un factor limitante para materializar estas expectativas laborales.
Aunque se menciona como prioridad en los documentos oficiales, la sostenibilidad ambiental del proyecto carece por el momento de evaluaciones independientes que permitan verificar el impacto medioambiental real del proyecto. Esta falta de transparencia ha sido señalada por organizaciones de la sociedad civil, que demandan mayor acceso a información detallada sobre los aspectos ambientales y financieros del proyecto.
Sea como fuere, dado su estatus de «proyecto de importancia estratégica nacional», Nairobi Railway City continúa su desarrollo institucional, y eso pese al cambio de gobierno que se produjo en 2022. Su viabilidad a largo plazo dependerá críticamente de la capacidad para conciliar los diversos intereses en juego, desde los operadores informales de transporte hasta los inversionistas privados y los residentes afectados.

La nueva estación central, con un diseño arquitectónico que rescata elementos del patrimonio cultural keniano, incorpora sin embargo funcionalidades modernas. Las plazas peatonales y áreas recreativas previstas alrededor del nodo central del proyecto crearán previsiblemente espacios propicios para el desarrollo de actividades culturales y comerciales orientadas tanto a residentes como a visitantes. Por otra parte, la renovación del tejido urbano en el corazón de Nairobi que supone la Nairobi Railway City mejorará sin duda la experiencia del turismo urbano, con un entorno más organizado y accesible para quienes exploran la ciudad.
Y en el ámbito del turismo de negocios, la creación de nuevos distritos empresariales y gubernamentales en el marco del proyecto podría tener un efecto catalizador. La combinación de infraestructura moderna, accesibilidad mejorada y proximidad al centro financiero tradicional posiciona a Nairobi Railway City como un polo atractivo para convenciones y eventos internacionales, un complemento para la oferta hotelera ya existente en áreas cercanas. De esa manera, contribuirá a diversificar el perfil del visitante que llega a la capital keniana. Todo, claro está, si finalmente se completa en 2030, tal como está previsto.
Fuentes: Nairobi Railway City, Nairobi Railway City Briefing, Railway Technology.
Imágenes: Nairobi Railway City.