Según un informe reciente que publica Jones Lang LaSalle Incorporated (JLL), empresa global de servicios inmobiliarios y de gestión de inversiones con sede en Reino Unido y oficina en 80 países, la inversión global en proyectos hoteleros alcanzó casi €50.000 millones en 2024. Si bien la cifra supone un ligero avance respecto de 2023 (6,8%), todavía supone un descenso de en torno al 22 % respecto del 2021 y del 2022 (con inversiones globales de €65.700 y €65.530 millones respectivamente). En todo caso, la inversión de 2024 queda muy lejos —concretamente, a un 41%— de la que se dio en 2015, cuando unos espectaculares €84.650 millones marcaron el techo de la última década. Aún así, la inversión del pasado año supuso casi un 45% más que en 2020, el peor año de ese período, cuando la pandemia paralizó el mundo.
Pero no solo se observa una recuperación paulatina de la inversión global en proyectos de hoteles y resorts, según los datos que ofrece JLL, sino que ha cambiado también el perfil de las operaciones. Mientras que en 2015 los grandes portafolios y las operaciones corporativas dominaban (con promedios de inversión muy superiores a los de hoy), en 2024 el 79% de las transacciones fueron de activos individuales, con un tamaño promedio de sólo unos €39 millones, «un 22 % por debajo de los promedios históricos». En todo caso, los «activos de servicio selecto y de lujo fueron los más favorecidos», pues los inversores parecen preferir inversiones menores en «hoteles irremplazables con flujo de caja establecido». Estos datos vendrían a reflejar el impacto duradero de las altas tasas de interés y la aversión al riesgo en los mercados de capitales.
En lo que se refiere a ventas, y en números globales, el sector hotelero mundial alcanzó en 2024 los 4.800 millones de noches de hotel, o 102 millones más que el año anterior. Este crecimiento empujó un 4% el ingreso por habitación disponible (RevPAR en siglas inglesas), si bien con brechas regionales: Asia-Pacífico permaneció un 10% por debajo de los niveles pre-pandemia, mientras que Europa y las Américas (Latinoamérica, Canadá y Estados Unidos) ya los superan en un 26% y 17%. Para 2025, se proyecta un crecimiento del RevPAR de entre el 3% y el 5%, impulsado por el turismo corporativo y la recuperación de viajeros asiáticos.
De vuelta a la inversión global, y siempre según el informe de JLL, las regiones de Asia-Pacífico y Europa han sido las que más han contribuido al crecimiento reciente, mientras que las Américas han mostrado cierto retroceso. Los datos muestran concretamente que este área geográfica experimentó en 2024 un descenso del 15% en volumen de inversiones hoteleras frente a 2023. Un hecho que contrasta con el crecimiento de Oriente Medio, África y Europa (36%), y Asia-Pacífico (15%). El retroceso se atribuye principalmente a la demora en la reducción de las mencionadas tasas de interés por parte de la Fed (Reserva Federal de Estados Unidos), y a una menor actividad del capital institucional respecto de años previos.
Si miramos hacia adelante, parece haber motivos para el optimismo. Así, se espera que la inversión, impulsada por la mejora de las condiciones financieras y el regreso de algunos grandes jugadores al mercado, crezca entre un 15% y 25% en 2025. A este respecto, dos mercados destacan especialmente: India y Arabia Saudita. El primero, con su enorme población y creciente clase media, está destinado a convertirse en uno de los mayores emisores de turistas del mundo. Por otro lado, con sólo 400,000 habitaciones actuales (17% de ellas operadas por marcas globales), prevé añadir 100.000 nuevas hasta 2030. El segundo, a través de ambiciosos proyectos como los que impulsa desde la iniciativa «Vision 2030», busca posicionarse como un centro turístico global de primer orden. Por su parte, aspira a recibir 150 millones de turistas anuales en 2030, con 102.000 habitaciones adicionales en desarrollo.
Sin embargo, la oferta hotelera mundial crecerá solo un 2% en 2025, muy por debajo del promedio histórico del 4,2%. Este hecho beneficiará a propiedades «en los núcleos urbanos y otros mercados con altas barreras de entrada». Con ello, el informe se refiere a ciudades como Londres, Nueva York, Tokio, Singapur o Madrid, las cuales atraerán más inversión en 2025 precisamente porque son mercados consolidados con demanda estable. No obstante, construir en ellas nuevos hoteles es caro y complejo, una situación que protege el valor de los activos existentes y, por ende, animará «a los inversores a centrarse en los principales mercados de acceso urbanos».
Añadiremos un apunte respecto al impacto de la IA (inteligencia artificial), que se espera optimice los costes laborales —se cifran en torno a más del 50% del gasto operativo—, gracias en parte al mantenimiento predictivo y a la programación laboral basada en predicciones de ocupación. Al mismo tiempo, la IA permitirá personalizar las experiencias de los huéspedes con, por ejemplo, una gestión eficaz de las recomendaciones de viaje.
Desde un punto de vista general, en cualquier caso, el sector hotelero global avanza, pero lo hace con paso medido. Quizá haya aprendido las lecciones de los años de exuberancia y ahora priorice la sostenibilidad sobre el crecimiento a toda costa. Los próximos años, probablemente, mostrarán una industria más diversificada, más tecnológica y, sobre todo, más consciente de sus fortalezas y limitaciones.
Fuentes: Jones Lang LaSalle Inc.