Valle de los Científicos de Guangming Shenzhen, China

A mediados del año 2023 se anunció al mundo el triunfo en el concurso internacional de diseño del que se conoció como Shenzhen Guangming Scientist Valley, o Valle de los Científicos de Guangming Shenzhen, del proyecto armado por el trío de estudios Mecanoo (Países Bajos), Meng Architects (China) y Lola Landscape (Países Bajos). Se trataba de un concurso organizado por la compañía adjudicataria Shenzhen Guangming Science City Development Investment Co., Ltd. y la Shenzhen Position Spatial Culture Development Co., Ltd., con el asesoramiento de la Oficina de Planificación y Recursos Naturales del Municipio de Shenzhen y la Oficina de Desarrollo y Construcción de la Ciudad Científica del Distrito de Shenzhen Guangming de la Administración de Guangming.

Según el pliego de condiciones, el Valle de los Científicos de Guangming se planteaba como un «hogar de científicos», con estos como el grupo principal de usuarios. En otras palabras, el concurso exigía imaginarlo como «un campus científico internacional que proporcionará un sentido de pertenencia e integrará con el paisaje natural los elementos científicos para construir un sistema consistente de servicios de apoyo al trabajo, la comunicación y la vida». Al mismo tiempo, «creará un espacio social compartido, comprehensivo y envolvente, y construirá una red social científica a gran escala». Y todo ello no solo con un marcado «ambiente artístico y cultural», sino también como muestra clara del «carácter pionero de Shenzhen». Por último, el proyecto del Valle de los Científicos debía encarnar «los principios de diseño ecológico y de bajas emisiones de carbono (…), así como de viabilidad y sostenibilidad».

Efectivamente, el Valle de los Científicos de Shenzhen Guangming entra con paso suave y recatado en la privilegiada ubicación, como temeroso de perturbar el reinado del lago y las montañas. En torno a una plaza central con estanque, los dos bloques de edificios que lo componen parecen camuflarse tímidamente y dialogar entre sí con cuchicheos. El primero aprovecha la ladera que desciende hasta el lago para desplegar de forma escalonada, bajo el camuflaje de un manto de cubiertas verdes, las angulosas rimas de sus 7 alturas (a juzgar por la imagen). El segundo, frente al anterior y ya sobre el lago, adopta formas circulares y permanece a ras de agua, con cubiertas inclinadas que se agachan como en discreta genuflexión hasta casi tocar el terreno, humilladas ante el poder de la naturaleza. Por último, una serie de pasarelas conecta los edificios residentes con los verdes dedos de los «1001 jardines forestales» proyectados en las riberas del lago.

Más allá de las impresiones que nos sugiere el diseño, es necesario recordar, para comprender cabalmente el proyecto, que en Shenzhen, ciudad vecina de Hong Kong y Macao, tienen su sede numerosas compañías tecnológicas del gigante asiático. De hecho, a menudo se la compara con la Silicon Valley de tierras estadounidenses. Así, con una superficie aproximada de 1,2 km2, el Valle de los Científicos de Guangming es de esperar que se convierta en un centro internacional de ciencia y tecnología, incluso en «un símbolo mundial del avance científico y la innovación».