Doosan, fabricante surcoreano de excavadoras y maquinaria para la construcción, desarrolla un proyecto pionero, único en el sector y en el mundo, para el desarrollo de las obras del futuro. Basado en tecnología 5G e Inteligencia Artificial, el sistema, que ha bautizado como Concept-X, promete «aumentar la productividad y reducir los costos y los riesgos» de la construcción convencional. Consiste en la realización de grandes obras de forma remota y sin operarios, mediante un Centro de Control, drones, excavadoras, volquetes y otra maquinaria autónoma.
Pero veamos cuál sería el proceso: antes de comenzar la construcción, el Centro de Control recibe todas las informaciones sobre los trabajos a realizar y el sitio donde deben realizarse. Entre esas informaciones, se encuentran las medidas topográficas que suministran los drones a través del escaneo de los terrenos. Así, el Centro de Control determina el plan de trabajo más eficiente, rápido y de menor coste en cada caso. Entre sus cálculos, establece la maquinaria necesaria para implementar el plan de construcción. Por fin, las máquinas reciben las instrucciones según dicho plan y comienzan a trabajar de forma autónoma sobre el terreno, en constante comunicación con el Centro de Control, bajo la supervisión de los drones. Un sistema de sensores reconoce en tiempo real el entorno de cada máquina con el fin de monitorizar la seguridad, optimizar la colaboración entre ellas y actualizar la situación de la obra. Por lo demás, toda la maquinaria tiene un dispositivo para el autodiagnóstico, con el fin de detectar la necesidad de recambios y asegurar su mantenimiento.
Proyectos como el de Doosan se suman al debate sobre la cuestión de si la tecnología acabará por sustituir definitivamente a los actores humanos. Si bien hay numerosos proyectos para la automatización de la construcción (impresión 3D de edificios, máquinas de enladrillado, etc.), y a pesar de los diversos programas informáticos que hacen el trabajo de los arquitectos más fácil y preciso, los datos muestran que esta parte del sector, es decir, la más creativa, la más emocional también, no será fácilmente asumida por máquinas. La cuestión determinante para que un proceso pueda automatizarse es que sea repetitivo y mensurable. Cuando por el contrario exija un esfuerzo colectivo, dinámico, multidisciplinar, emocional y creativo, el toque humano seguirá siendo necesario.
Para que podáis juzgar por vosotros mismos, os dejamos una visualización de Concept-X, el proyecto futurista de Doosan, en este VÍDEO.