Un proyecto de arquitectura es la suma del aporte de conocimiento de múltiples disciplinas. El resultado es, entre otras cosas, un conjunto complejo y coordinado de información que responde a las necesidades del cliente. Gracias a la tecnología BIM, en la actualidad podemos reunir toda esa información en un modelo, tanto durante el desarrollo como durante su construcción.

Tradicionalmente, toda esa información se mostraba mediante tablas excel. Pero no nos referimos a la información más obvia, como quizá sea la gráfica, la que queda fijada en los planos, derivada del modelo 3D. Nos referimos a una información visual de los datos que extraemos de determinados parámetros del proyecto de arquitectura, introducidos por los diseñadores durante el proceso de diseño.

De esta forma, tanto el personal técnico como el no técnico, los propietarios y/o promotores, los contratistas, los clientes, etc., pueden entender mejor el proyecto de arquitectura. Y adoptar las mejores decisiones durante su construcción. Y guiar las operaciones. Y planificar el aprovechamiento de los recursos. Y gestionar la coordinación general.

Por ejemplo, podemos obtener una representación visual de la cantidad de materiales de construcción necesarios para cada uno de los edificios que forman parte del proyecto de arquitectura; o de las superficies que tiene, categorizadas en función de su uso, por niveles, etc.; o la cantidad de suministro de aire climatizado para cada uno de los espacios comprendidos por una envolvente térmica.

Por Raúl Soriano, modelador sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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