Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia por el covid-19 el miércoles 11 de marzo, y más allá de las cifras de personas afectadas, no han dejado de sucederse noticias prácticamente en todos los sectores de la economía, entre estos el de la industria del ocio. Algunas de las instalaciones que reaccionaron con más prontitud a la declaración de la OMS fueron los parques temáticos. De hecho, al día siguiente de la declaración, The Walt Disney Company anunciaba el cierre de dos de sus parques temáticos en EEUU, Disneyland Park and Disney California Adventure. Los de Hong Kong y Shanghai, los más cercanos al origen del virus, ya habían cerrado a finales de enero.

Poco después de la declaración de pandemia, la gran corporación del ocio cerraba Disneyland París, así como su parque en Tokio, hasta que la decisión alcanzaba, por primera vez en la historia, a cada uno de los parques que aquella tiene repartidos por todo el mundo. En la declaración con que anunciaba el cierre, Disney Parks aseguraba que, aunque «no se ha informado de ningún caso» de infección en ellas, cerraban sus instalaciones «en interés de sus visitantes y sus empleados».

Previamente, en algunos casos paralelamente y en otros posteriormente, se sucedían las órdenes de reclusión de los ciudadanos por parte de los gobiernos de los países con más casos de contagio. Los movimientos de turistas se reducían y las cancelaciones de visitas y las reservas ya se producían de forma creciente, desde que la epidemia se iniciara en la ciudad de Wuhan, China, a finales de 2019. Así, al descenso en las cifras de asistencia a los parques temáticos, se sumaba el manifiesto peligro de la difusión de la enfermedad, factores que llevaron por fin a su clausura temporal.

Horas después del cierre de los parques de Disney, Universal Studios Hollywood anunció el cierre de sus instalaciones en EEUU. Les siguieron los parques de Six Flags Entertainment Corporation y los de Cedar Fair Entertainment. Prácticamente todo el sector del ocio ha seguido el ejemplo, y los cierres han alcanzado ya a todos los parques temáticos, así como a los acuáticos, las salas de cine, los teatros, los museos y un larguísimo etcétera. En resumen, el sector del ocio y el turismo se ha detenido por completo en prácticamente todo el mundo.

A pesar de ello, a los cierres los han acompañado encomiables actos de filantropía por parte de los operadores: algunos de ellos están donando toneladas de alimentos a los necesitados, mientras que otros entretienen a la población confinada con la publicación de vídeos y espectáculos en las plataformas online y las redes sociales. El mensaje que se transmite con estas actuaciones es claro: quédate en casa, entretente lo mejor que puedas, ayudémonos unos a otros todo lo posible.

Finalmente, desde China llegan destellos que parecen despejar las sombras que se han cernido sobre la industria del ocio desde que se inició la pandemia. Las autoridades del país acaban de anunciar que no se han producido nuevos casos de covid-19 en Wuhan. Los parques temáticos y los museos están reabriendo en todo su territorio. También en Japón empiezan a reabrirse los negocios, las escuelas, los parques… Legoland Japón reabrió a partir del pasado 23 de marzo, aunque con las debidas precauciones: horarios comerciales más cortos, controles de temperatura corporal y veto a aquellos que tengan fiebre. La tendencia parece afianzarse y es de esperar que todo vuelva a la normalidad poco a poco. Mientras tanto, no lo olvidéis, quedaos en casa.

Fuentes: Blooloop, Wikipedia.