Imaginad que os adentráis en una jungla subtropical donde dinosaurios de tamaño real rugen a vuestro paso, donde globos aerostáticos os llevan 200 m sobre la frondosa vegetación, o donde personajes locales os invitan a descubrir los secretos de un bosque milenario. Esa es precisamente —en parte— la experiencia que promete Junglia Okinawa, el nuevo y ambicioso parque temático que abre sus puertas este mes de julio (2025) en el corazón de la jungla de Yambaru, al norte de la isla de Okinawa, en Japón.

Un proyecto que renace de un campo de golf

Junglia se encuentra en una zona boscosa que la UNESCO declaró Patrimonio Natural de la Humanidad —junto con la isla de Iriomote en la misma prefectura y las islas Amami Ōshima y Tokunoshima, en la de Kagoshima— en julio de 2021. El nuevo parque temático, de 60 ha de extensión, es resultado —resultado positivo— de la transformación de un antiguo campo de golf. Y es que, durante su construcción y desarrollo, Junglia ha incrementado la cantidad de árboles autóctonos en lo que antes eran extensiones de césped y, de esa manera, integra el paisaje natural de Okinawa en un santuario de aventura y conservación.

Detrás del desarrollo del nuevo parque temático encontramos a Tsuyoshi Morioka, reconocido experto en marketing de parques temáticos cuya labor como director de marketing de Universal Studios Japan ayudó a hacer de este uno de los complejos de entretenimiento más visitados del mundo. Como CEO de la firma de publicidad y desarrollo Katana Marketing, a él se debe la visión innovadora de Junglia Okinawa, en colaboración con un equipo multidisciplinar de ingenieros, arquitectos paisajistas y especialistas en experiencias inmersivas.

Aventuras entre dinosaurios

Quienes visiten Junglia a partir de este mes, encontrarán más de 20 atracciones, restaurantes, tiendas y un spa con piscinas infinitas que prometen relajación absoluta. Entre sus experiencias estrella destaca el Dinosaur Safari, un recorrido en jeep entre dinosaurios animatrónicos que incluye un imponente braquiosaurio de 19 m. Para los amantes de la adrenalina en sangre, el Sky Phoenix ofrece la sensación de volar, mientras que el Gravity Drop provoca un descenso que acelera el corazón.

Quienes prefieran una experiencia más tranquila pueden subir al Horizon Balloon, ese globo aerostático que asciende sobre la jungla y que incluye una copa de champán para disfrutar de las vistas. Y para reponer fuerzas, el Spa Junglia ofrece saunas al aire libre, baños de aguas termales entre rocas, todo acompañado por los sonidos de la naturaleza.

Yanbaru Friends: educación y diversión en familia

Una de las novedades de Junglia es la experiencia Yanbaru Friends, una atracción teatral interactiva donde los visitantes conocen a Jan, un pájaro Yanbaru Kuina de patas rojas —un ave indígena del norte de Okinawa, por cierto, en peligro de extinción—, y a Shishi, un guardián inspirado en los Shisha, leones-perro mitológicos japoneses. A través de juegos y preguntas, grandes y pequeños aprenden sobre la biodiversidad local, sobre especies como la tortuga de pecho negro de Ryukyu o el pájaro carpintero de Okinawa.

Gastronomía con vistas al infinito

En el restaurante Panorama Dining, los comensales disfrutarán de una experiencia única en mesas dispuestas en «nidos de pájaro», cápsulas al aire libre con vistas al dosel selvático. Mientras tanto, Infinity Terrace funciona como un mirador privilegiado desde donde se puede avistar, con un poco de suerte, un dinosaurio entre los árboles. Al caer la noche, el parque se transforma con espectáculos de acrobacias, música en vivo y fuegos artificiales.

Un impulso para el turismo en el norte de Okinawa

A diferencia del sur y centro de la isla, donde se concentra el turismo tradicional, el norte de Okinawa quedó un tanto rezagado en términos de desarrollo turístico. Junglia busca redistribuir a los visitantes, de forma que se convierta en un polo de atracción para el turismo y produzca así un impacto económico en la región. Con entradas accesibles para residentes y turistas internacionales y una inversión de 70.000 millones de yenes (unos €414 millones al cambio actual), el parque no solo representa una aventura sin precedentes, sino una apuesta estratégica por el futuro de Okinawa.

Y todo en un contexto en el que, según informa Reuters, Japón experimenta un auge turístico sin precedentes, en parte por la debilidad del yen. El año pasado (2024), el país alcanzó la cifra récord de 36,9 millones de visitantes internacionales, lo que supone un aumento de algo más del 47 % respecto del año previo. Además, el gasto de estos se incrementó un 53%, hasta alcanzar unos €48.000 millones. Estas cifras hacen del turismo en Japón —que se suma al PIB como exportación—, el segundo capítulo de exportaciones más importante del país, solo por detrás del automóvil.

Fuentes: Junglia, Metropolis Japan, Reuters.
Imágenes: Junglia.

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