El hormigón permeable, también conocido como hormigón poroso, permite el paso del agua. Se trata de una característica particularmente idónea para prevenir inundaciones y facilitar que el agua, en vez de perderse en escorrentías, sea absorbida y pase a la capa freática. Los hormigones permeables se distinguen por su grado de permeabilidad, que oscila entre 120 y 700 litros de agua por metro cuadrado.
Otra propiedad significativa del hormigón permeable es su ligereza. En efecto, este tipo de hormigón es aproximadamente un 65% más liviano que el de tipo convencional. Esta liviandad se debe a que la mezcla que forma este tipo de cemento contiene menos arena y tiene una granulometría de árido grueso. Sin embargo, como es de esperar, su resistencia a la compresión es inferior a la de los hormigones estructurales, ya que presenta en su composición espacios vacíos o, dicho de otra forma, una alta capilaridad.
El hormigón permeable se utiliza principalmente en superficies extensas como las de los aparcamientos, los caminos, las pistas deportivas, los invernaderos, o las urbanizaciones, entre otras. De esa forma, los hormigones permeables previenen las inundaciones en estos espacios, evitan el daño a las instalaciones y garantizan su uso durante, o inmediatamente después de lluvias abundantes.
Por Alberto López, ingeniero de estructuras sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic