La resistencia de los edificios a los sismos representa un desafío crucial en el ámbito del diseño estructural, la arquitectura y la construcción. El objetivo es garantizar la seguridad y estabilidad de los edificios en lugares donde es habitual que se produzcan estos fenómenos. Veamos ahora las técnicas y los dispositivos que abordan dicho objetivo:

–Aisladores sísmicos: estos dispositivos buscan disminuir la transmisión de fuerzas sísmicas al separar la estructura del suelo. Elastómeros y cojines deslizantes son algunos de ellos.

–Amortiguadores de vibración: absorben y disipan la energía generada por el sismo, y reducen así las oscilaciones estructurales. Los amortiguadores de masa sintonizada o los de fluido viscoso son algunos de estos instrumentos.

–Muros de corte: actúan como barreras que absorben y redistribuyen las fuerzas horizontales generadas por el terremoto y mitigan su impacto sobre la edificación.

–Núcleo central reforzado: es un sistema por el que se lleva a cabo la construcción de un núcleo central de hormigón armado que proporciona anclaje sólido y distribución eficiente de las cargas sísmicas.

–Sistema de caja: consiste en un conjunto rígido de vigas y columnas entrelazadas que envuelve al edificio; ofrece una resistencia uniforme y distribuye equitativamente las fuerzas.

–Pórticos de hormigón armado: consisten en unidades de dos columnas y una viga conectadas con articulaciones rígidas que se complementan para absorber de manera eficiente las cargas verticales por efecto de la gravedad y las horizontales por efecto del sismo.