Nos gusta el proyecto de la delegación china del estudio de arquitectura Stefano Boeri Architetti que ganó recientemente el concurso para el diseño y la arquitectura del Centro Cultural de Experimentación de Tecnologías Modernas de Xi’an. Le dedicamos este sencillo homenaje, primero por su escala humana, o dicho de otra forma, por su humildad y su accesibilidad; efectivamente, el edificio parece tender la mano al visitante, casi en una genuflexión, para franquearle el espacio como lo haría una escalera suave alrededor de una torre de marfil sin ínfulas. Segundo, por su carácter ecológico y verde; es decir, por un diseño a medio camino entre paisajismo y arquitectura, con lo mejor de cada una; la primera disciplina se ejercita de la misma forma que en un parque público al conceder el protagonismo a la vegetación; en cambio, la arquitectura pone en pie un edificio singular, aunque sin artificios. Pero veamos a continuación cómo nos lo presentan sus arquitectos.

Según los profesionales de Stefano Boeri Architetti, el diseño del Centro Cultural de Experimentación de Tecnologías Modernas de Xi’an se inspira «en el paisaje natural local, caracterizado por un sinuoso sistema de ríos y montañas». Tal como decíamos y el estudio de arquitectura confirma, el objetivo del diseño es «crear un sistema permeable y accesible al público, capaz de activar nuevas conexiones urbanas», un museo «abierto a todos, para iniciar un proceso de regeneración urbana y atraer a un público amplio, incluidos entusiastas de la tecnología, niños y estudiantes».

Pero el terreno donde se ubica este nuevo Centro Cultural de una de las ciudades históricas más importantes de China, capital de la provincia de Shaanxi para más señas, limita al norte con un parque urbano y al sur con una calle. Sus arquitectos, con un enfoque consciente que podemos calificar de arquitectura de contexto, aseguran que el proyecto «se dirige al parque y a la ciudad con estrategias distintas». Si bien la parte norte se separa del parque público con un código de lamas verticales y con formas curvas que evocan «elementos naturales», en cambio, la fachada sur se acerca al visitante con un revestimiento de amistosas lamas horizontales. Por lo demás, las terrazas pobladas de vegetación y el jardín de la azotea del museo ofrecen a los ciudadanos «un nuevo espacio público al aire libre con vistas inéditas del parque y la ciudad».

Un gran atrio central diáfano de doble altura conecta los espacios del museo y garantiza «una accesibilidad y usabilidad completas según los principios del “diseño para todos”». Respecto a los interiores, los arquitectos añaden que el centro incluye «cuatro espacios de exposición principales, un espacio de exposición temporal y zonas comerciales». Por último, la «navegación dentro del museo» consistirá en una experiencia inmersiva gracias a la «señalización virtual» y a las aplicaciones para teléfono inteligente que guiarán a los usuarios a través de «plataformas de inteligencia artificial, experiencias de realidad aumentada y exposiciones experienciales». Solo cabe agregar que un saturado y luminoso tono azul será «el elemento cromático representativo del proyecto», tanto en elementos de señalización como en las zonas públicas y los espacios de exposición.

Fuente: Stefano Boeri Architetti, Archdaily.
Imágenes: Stefano Boeri Architetti.

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