En los últimos años, hemos sido testigos de fenómenos climáticos extremos y cada vez más frecuentes, desde inundaciones devastadoras hasta violentas tormentas. El cambio climático exige una respuesta prácticamente de todos los ámbitos de la vida, también de la arquitectura. Precisamente, la arquitectura resiliente es una de esas respuestas.

La arquitectura resiliente se fundamenta en el diseño y la construcción de edificios capaces de resistir los fenómenos climáticos extremos. Por ejemplo, en las áreas propensas a inundaciones, un sistema capaz y bien dimensionado tanto de drenaje como de retención de agua, desempeñará un papel fundamental. Ayudará a prevenir daños estructurales y a minimizar el riesgo para las personas.

En parques acuáticos y temáticos, hoteles y resorts, campings, centros comerciales y, en general, en cualquier atracción para el ocio y el turismo, una arquitectura resiliente también es necesaria. Este tipo de instalaciones comprende espacios abiertos de gran superficie, con zonas pavimentadas y de jardinería, piscinas, etc. Tanto el diseño de las geometrías, las pendientes, los sistemas de evacuación y recogida de agua, como la utilización en su construcción de materiales compatibles con lluvias torrenciales, forman parte de la solución.

Así, se hace evidente que una perspectiva multidisciplinar es de vital importancia. Arquitectos, paisajistas, ingenieros de infraestructuras e instalaciones MEP, etc., es decir, todos los técnicos que intervienen en un proyecto, deben trabajar de manera coordinada para abordar esta cuestión y proponer soluciones.

Hemos de señalar que también es importante contar con sistemas de alerta temprana que permitan dar una respuesta rápida y eficiente, y con refugios seguros para las personas, en caso de fenómenos climáticos extremos. Con ello, la arquitectura resiliente ayuda a reducir los daños producidos por la meteorología adversa.

Finalmente, la arquitectura resiliente no solo busca resistir eventos extremos, sino también promover la sostenibilidad y la capacidad de recuperación de las comunidades afectadas. Se trata en definitiva de una herramienta crucial para hacer frente a los desafíos del cambio climático y crear un entorno construido más seguro y preparado para el futuro.

Por Tianshu Liu, arquitecta sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic