El uso del agua en espacios urbanos tiene raíces profundas en civilizaciones antiguas, donde las fuentes no solo servían al abastecimiento, sino que representaban símbolos de poder y prosperidad. Cada cultura ha dejado su huella en la historia de las fuentes urbanas, desde las majestuosas fontanas romanas hasta las intrincadas fuentes islámicas, como por ejemplo la de los jardines del Generalife en la Alhambra de Granada.
Durante el Renacimiento, las fuentes adquirieron un carácter más ornamental y simbólico, como se observa en obras maestras como la Fontana di Trevi en Roma, Italia. En siglos posteriores, con el auge de los jardines públicos y los parques, las fuentes urbanas se convirtieron en elementos centrales del diseño paisajístico, como en el Palacio de Versalles en Francia o en el Palacio Real de Aranjuez en España.
En el siglo XX, con los avances en tecnología y el diseño innovador, surgieron nuevas formas y estilos de fuentes urbanas, desde las abstractas hasta las interactivas, como la famosa Crown Fountain en el Millennium Park de Chicago, Estados Unidos.
Las fuentes urbanas no solo son elementos decorativos, sino que también juegan un papel en la configuración de la ciudad y en la mejora de la calidad de vida de las personas; definen el espacio y acentúan con su ritmo visual el entorno urbano; además, el sonido del agua en movimiento ejerce un efecto relajante; y su capacidad de humidificación y purificación del aire contribuye al bienestar general de la comunidad.
Las fuentes urbanas contemporáneas se desarrollan con clara preocupación por su sostenibilidad. Al mismo tiempo, la interactividad, la innovación en materiales y la accesibilidad son tendencia en su diseño y construcción. La Fuente Mágica de Barcelona ilustra dichas tendencias.
Como expertos en el desarrollo de grandes proyectos de ocio y turismo, Amusement Logic aborda también este tipo de instalaciones hidráulicas, las fuentes urbanas.
Por Guillermo Ferrer, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic