Published On: 24.03.2020|Categories: Noticias de la Empresa|Tags: |

La piel de un edificio actúa como intermediaria entre su interior y el exterior. Cumple diferentes funciones, como por ejemplo, favorecer la intimidad en el caso de las viviendas, o también regular la entrada de luz por razones climáticas. Sin embargo, es muy costoso calentar, enfriar o ventilar viviendas y espacios arquitectónicos. De hecho, los edificios con enormes fachadas de vidrio son los que más energía requieren para esos cometidos y, por tanto, los que más la disipan y desperdician. La que proponemos es una solución a esta cuestión.

Se trata de un sistema modular articulado para la piel del edificio, que permite un control racional de la entrada de luz. Pensado tanto para pequeñas como para grandes extensiones de fachada, consiste en una matriz modular articulable que se fija a la superficie externa de vidrio, o en el límite exterior del edificio.

Los módulos articulados de la piel se montan sobre una retícula con la que es posible obtener numerosos patrones diferentes. En efecto, el resultado final del conjunto dependerá del diseño particular del módulo individual, lo cual posibilita un diseño flexible y creativo, además de prácticamente ilimitado.

Por otra parte, ya que son articulados, el movimiento de cada módulo se consigue a través de un sistema de control que puede ser manual (mecánico), o electrónico (con sensores y motores eléctricos). En el segundo caso, la interfaz de manejo del sistema modular articulado, al que se accede desde un smartphone o un ordenador, es fácil de aprender y de operar por el usuario.

Todo ello, combinado con una estructura de soporte ligera que facilita su integración simple y directa en cualquier fachada ya existente, convierte a este sistema en una solución viable para la construcción a gran escala.

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