En la ingeniería que se ocupa del diseño y la construcción de edificios resistentes a los sismos, una de las cuestiones más delicadas es la correcta aplicación de las fuerzas sísmicas. Entre otros parámetros, estas dependen intrínsecamente de la ubicación del proyecto, es decir, del tipo de suelo donde hunde sus cimientos. Efectivamente, distintas condiciones geofísicas del suelo generarán diferentes comportamientos específicos del edificio.
Con ayuda de programas de computadora, podemos simular las fuerzas que inciden en los edificios, así como los diferentes movimientos y las deformaciones a que se someten en diferentes periodos de tiempo. De esa manera, podremos decidir si su configuración estructural concreta cumple con los requerimientos normativos de diseño de edificios resistentes a los sismos, tanto nacionales como internacionales.
Para la obtención de los espectros de respuesta a los sismos de los diferentes suelos y evaluar su comportamiento cuando es sometido a las vibraciones sísmicas, uno de los parámetros utilizados con mayor frecuencia en ingeniería sísmica es el espectro de respuesta de aceleración (Sa). Este se obtiene mediante el registro sísmico de cada zona, según las especificaciones que se recopilan en diferentes normativas como la ASCE-7, el EUROCÓDIGO 8 u otras.
También es posible obtener esos espectros mediante un estudio de peligro sísmico, o por un análisis de respuesta de sitio. Estos estudios y análisis se aplican habitualmente a proyectos de importancia vital para la comunidad, como son los trazados de transportes, las centrales hidroeléctricas, los hospitales y muchos otros.
Por Jean Carlos Soto, ingeniero estructural sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic