Os invitamos a seguirnos en este recorrido alrededor del mundo por la arquitectura de las estructuras más espectaculares y llamativas que existen. Algunas ostentan récords que las distinguen sobre todas las demás, mientras que de otras se conocen interesantes curiosidades. Vamos allá:

El Aeropuerto Internacional de Pekín, en China, es el edificio más grande del mundo. Se extiende sobre una superficie que supera 1 millón de m2 y su capacidad es de algo más de 100 millones de pasajeros al año.

Sin dejar China, veamos ahora otra gran estructura, quizá más famosa que la anterior: la Gran Muralla China. Se trata de una estructura continua de unos 21.000 km de longitud, formada por múltiples secciones cuya construcción se llevó a cabo en diferentes épocas. Se dice que los trabajadores que perecieron durante su construcción fueron enterrados en la propia muralla, aunque la veracidad de un hecho que nadie ha probado es más que discutible.

En la India ahora, el Taj Mahal es una de las estructuras más bellas del mundo. El edificio, cuya construcción se realizó en mármol blanco, cambia de color según la posición del Sol a lo largo del día. En ocasiones, cuando las condiciones atmosféricas lo permiten, parece rosa al amanecer y dorado al atardecer.

Vayamos a Italia en esta etapa, para visitar el Coliseo Romano. Se trata de una impresionante muestra de la arquitectura y la ingeniería de la antigua Roma. Contaba con un techo retráctil de telas de lino. En días soleados, estas telas proyectaban sombra sobre los espectadores, y en días de lluvia los protegían del agua. Se estima que más de 60.000 trabajadores, la mayoría esclavos, se esforzaron en su construcción, ¡que se realizó en unos 10 años!

La Estatua de la Libertad, ahora en Estados Unidos, es un símbolo del país. Fue diseñada por el francés Gustave Eiffel, el mismo arquitecto responsable de la Torre Eiffel, y su construcción se llevó a cabo en Francia. Fue enviada a Estados Unidos en piezas, para su posterior ensamblaje en la ubicación actual, la Isla de la Libertad, en Nueva York.

En Oriente Medio, concretamente en Dubai, se encuentra el Burj Khalifa. Con sus imponentes 828 m de altura, es el edificio más alto del mundo. Además de sus numerosas plantas, la cúspide del Burj Khalifa cuenta con una antena de comunicaciones. Se trata de un hito arquitectónico visible desde kilómetros de distancia.

La Casa de la Cascada, un diseño de Frank Lloyd Wright, se encuentra en Pensilvania, EEUU, y es un ejemplo extraordinario de la integración de la arquitectura en la naturaleza, y viceversa, ya que su construcción se ubicó sobre una cascada natural. La casa cuenta con terrazas que parecen flotar en el aire. Los voladizos que las sostienen representaron una solución estructural innovadora en su época.

La Torre Eiffel, en Francia, se concibió originalmente como una estructura temporal para la Exposición Universal de París en 1889. A pesar de que muchos la consideraron una monstruosidad en aquel momento, debido a su popularidad, belleza y utilidad como torre de telecomunicaciones, las autoridades decidieron finalmente mantenerla en pie. Con el tiempo se ha convertido en uno de los monumentos turísticos más importantes del mundo.

El emblemático Golden Gate de San Francisco, de nuevo en Estados Unidos, es conocido por su distintivo color rojo. Sin embargo, se planeó originalmente con una decoración de franjas amarillas y negras, de forma que mejorara su visibilidad en condiciones de niebla. Afortunadamente, la elección del color rojo prevaleció y se ha convertido en una de las características más reconocibles del puente.

Volvemos a Francia, en este caso al Palacio de Versalles. Este es uno de los palacios más grandes y lujosos del mundo, con más de 2,000 ventanas. Comenzó como un pabellón de caza y, con el tiempo y la historia, se transformó en sede de las dependencias reales y residencia oficial de la monarquía. La construcción de las naves que lo forman se produjo a lo largo de diferentes etapas. Es de hecho un ejemplo destacado de arquitectura barroca.